Para una entrevista de trabajo uno
suele preparar hasta el más mínimo
detalle. Cómo se vestirá, qué
va a decir y qué no. Hasta qué perfume
usará. Cualquier esfuerzo con
tal de dar una buena impresión. Sin embargo,
no todos consideran que la primera cita
con la familia del enamorado o la enamorada
requiere de tanto preparativo. Quizá
olvidan que la ascendencia siempre viene
de yapa. Cuando uno por fin decide iniciar
un compromiso afectivo, la historia
apenas comienza. Y más vale que sea con
el pie derecho.
Acaba de estrenarse La joya de la familia,
una película que pinta y condimenta el
primer encuentro con la prole del novio. El
duelo cinematográfico descansa en dos
mujeres de gran porte: Diane Keaton, como
la matriarca de una tradicional familia;
y Sarah Jessica Parker, como la fría neoyorquina
que se adueñó del corazón de su
hijo mayor.
La comedia vale para pasar un buen rato,
pero también para echar mano a una
lista de los SÍ y los NO en estos encuentros
casi del tercer tipo. Para empezar, está
claro que aquellas dotes que cautivaron
a la media naranja pueden ser precisamente
las que crispen a suegros y cuñados.
Por ejemplo, puede que decir naderías al
oído en pose sexy y tacos stilleto hayan
funcionado para seducir a un hombre, pero
definitivamente, no serán las mejores
armas para cautivar a su familia.
En el film, la cerebral neoyorquina se
llama Meredith Morton, pero bien podría
ser una uruguaya en apuros familiares. Lo
que sigue es un ayudamemoria para mirarse
en el espejo antes de salir a la reunión
cumbre.
Dime cómo te vistes...
Obviamente, el vestuario adecuado dependerá
del entorno, pero siempre menos
puede ser más.
Si el primer encuentro con la familia de
su media naranja se producirá en un ámbito
urbano-sofisticado, conviene ponerse
algo negro. Hiperclásico pero siempre elegante,
le sienta bien a cualquiera.
Si se trata de un ámbito más informal,
por ejemplo al aire libre, conviene confiar
en Ralph Lauren –sin el caballo– y por favor,
dejar a Versace en el ropero.
Si toca en [mala] suerte una ocasión
más convencional, del tipo colación de grado,
probar con una combinación de tweed,
pana y algo beige. Aburrido sí, pero lo suficiente
para entrar en ambiente.
Para ellas, dejar los escotes en casa.
La idea es caerle bien al suegro, pero no
trastornarlo. Y en cuanto al maquillaje, pies
de plomo. Mejor pasar por la chica de al lado
que por la chica de la esquina.
Todo guionado
Evite hablar de política, sobre todo si se sabe
de antemano que no se comulga con
las mismas ideas. Si se hace inevitable, extremar
la diplomacia. Y rezar para que no
aparezcan tópicos religiosos, que siempre
puedan conducir al infierno.
A él/ella le aman, y los suegros sólo
quieren escuchar lo mejor sobre su criaturita.
Tener presente que el rol de actor/actriz
de reparto nunca es incómodo.
Ni se le ocurra deslizar comentarios
acerca de su vida sexual o la de ellos. Nadie
quiere saber al respecto. Tampoco hablar
incesantemente acerca de uno mismo. El
título de novio o novia ya es suyo: el riesgo
es perderlo en la primer reunión de familia.
Dóreles la píldora. ¿A quién no le gusta
recibir cumplidos? Aún así, sea cauto. La
adulación abierta se huele a varias cuadras
de distancia.
Del OK al Knock Out
No cocine en el primer encuentro. No querrá
que a ellos les quede un retrogusto de
la cita.
Lleve un regalo, pero teniendo muy
claro lo que les gusta y lo que odian. Si el
suegro se está recuperando de años de alcoholismo,
evite llegar con una botella de
escocés.
Sea amigable con las eventuales mascotas,
los niños molestos y otras alimañas
que puedan entrar en escena.
El triple beso brasileño, el apretón de
manos al estilo inglés, inclusive la reverencia
coreana... Todo está permitido excepto,
mon dieu, el beso francés.
La exageración es mala compañía. Lucir
ansioso es poco atractivo. Y, no importa
cuánto desee caer bien, evite dormir con alguien de su mismo apellido.
A propósito: no olvide ser usted mismo.
Tarde o temprano lo descubrirán.
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