Cancún es el destino obvio para quien se proponga conocer y a la vez gozar de las bondades de un mar Caribe reconocido en el mundo por su diversidad, su tibieza y su mágico colorido de cuento, imposible de igualar.
Si bien los orígenes de la ciudad se remontan a un par de siglos atrás, cuando todavía era posible sobrevivir gracias a la pesca y al comercio de la sal, su ubicación geográfica de privilegio le garantizó un crecimiento vertiginoso en las últimas cuatro décadas, hecho que convirtió a la zona en la apuesta turística más importante del México de hoy.
Son tantas las cadenas hoteleras de lujo presentes a lo largo de la costa y tan grande la oferta de servicios desplegados para que el turista viva su estadía como un rey, que no es difícil encontrar allí un lugar que se ajuste como anillo al dedo, a los gustos y necesidades de cada visitante.
¿Cómo no promover entonces semejante destino, si además de las bellezas naturales que encierra, promete disfrute a toda hora, con la ventajosa combinación de vuelos directos y excelencia, a precios convenientes?
Nada de esto es invento. PAULA lo comprobó en carne propia, invitada por American Airlines, Planet Travel, Jetmar, Jorge Martínez, Abtour y Viajes Halcón, empresas que en conjunto impulsan el programa Clase S, que justamente apunta a difundir las virtudes de destinos como éste.

Ruinas deTulum

Mar & Laguna
Tras un vuelo non stop desde Montevideo a Miami, más la puntual conexión hacia Cancún, se aterriza en territorio maya, el mismo que se avista desde el avión, gracioso y cimbreante, bañado por las aguas color turquesa del Caribe a un lado, y las más azules de la laguna Nichupté, al otro.
A partir de entonces, cuatro días bastaron para apreciar encantos y contrastes.
Para muchos, Cancún es Yankilandia. Y seguramente, la cercanía del Tío Sam influyó en rasgos que se reconocen y repiten. Pero no; parecido no es igual. Los corazones mexicanos laten a su modo y pautan otra impronta. No importa cuántos millones de metros cúbicos de cemento fueron dispuestos en esa lengua de tierra sinuosa adentrada en el mar cristalino. Allí los tiempos corren de otra manera; los sabores destilan cilantro y jalapeño; los colores estallan en miles de artesanías confeccionadas por manos propias; y entre ritmos de mariachis y rancheras, sólo queda entregarse y dejarse tentar por unas margaritas nada inofensivas, listas para matar.
Porque claro, como todos los programas son all inclusive, cualquier excusa es buena para sacarse la sed, especialmente después de hacer boca con nachos, tacos, quesadillas y otras exquisiteces picantes, muy picantes, al borde de la piscina, en el bar de la playa o sentados a la mesa de cualquier restaurant.
And go on... Así es la sacrificada vida del turista en Cancún, con todas las horas del día disponibles para hacer lo que le plazca, sin deberes ni malos tragos -valga la redundancia.

Rutas & Aventuras
Visitar Cancún también exige trasladarse y pasear. Hay muchos lugares de interés para recorrer en un día. Las ruinas mayas llaman la atención desde la cercana zona arqueológica de San Miguelito hasta Tulum, Cobá o Chichén Itzá, al noroeste de la península de Yucatán.
En todas partes, las construcciones presentan características arquitectónicas de la región. A saber: templos de piedra con muros inclinados, edificaciones pequeñas a manera de altar, reminiscencias de elementos toltecas, columnas y grandes escalinatas, siempre estratégicamente ubicados, incluso a veces, sobre acantilados que miran al mar.
Para la cultura maya, los grandes elementos y los espacios cósmicos eran representados por animales, en especial aves de bello plumaje. El ambiente marino, omnipresente, inspiraba respeto y curiosidad. De allí el culto que al día de hoy se le hace a la fauna del lugar, en reservas con enorme atractivo natural. Los arrecifes coralinos, por ejemplo, constituyen ecosistemas perfectos en los que viven moluscos, crustáceos y peces en no tan pacífica comunidad.
El paisaje está constituido por lagunas rodeadas de selva baja y pastizales. También las hay enmarcadas por tulares y especies arbóreas de mediano porte. Y están las resguardadas, que son las que eligen las aves tropicales cuando deben anidar. En la mayoría de ellas se practica el buceo libre. Como en los parques temáticos Xcaret y Xel-há, donde la oferta es aún más surtida. Aparte de bucear, se puede caminar, nadar con los delfines, o bajar río abajo en gomones, según el estado atlético de quien se preste a la acción. Claro que la advertencia sobre brillos y barracudas desanima a unos cuantos de entrada. Para ellos, tentadoras hamacas bajo la sombra de los cocoteros constituyen la excusa perfecta para broncearse sin prisa.

1. Artesanías en la 5ta Avenida | 2. Terraza en Xel-há | 3. Artesanías en la 5ta Avenida

Playa & Palmeras
A tan sólo 52 kilómetros de Cancún está Playa del Carmen, antigua aldea de pescadores conocida como Xama Há en lengua maya, actualmente convertida en el balneario de moda. Con estilo más europeo, todo luce allí más decontracté. La hotelería incluso, intenta reflejar lo que otrora serían las antiguas haciendas mexicanas, con los chiches y mimos que ofrecen las grandes cadenas hoteleras de lujo, of course, pero con más bajo perfil.
Las playas de arenas muy blancas invitan al verdadero relax bajo las míticas palmeras de la zona. Sólo de vez en cuando, esa paz se ve interrumpida por algunos artesanos ocupados en vender sus trabajos, u otros artistas entusiasmados por acompasar sus ritmos al son del oleaje.
El paseo obligado de Playa del Carmen es deambular por la 5ª. Avenida, la siempre ajetreada peatonal, donde se consiguen los más variados objetos verdaderamente llamativos para el turista. Pero es a la noche cuando se hace evidente el ambiente multiétnico del lugar. A la propuesta de comida mexicana y yucateca se suman platos orientales, mucha pasta italiana y clásicos franceses, como para que nadie extrañe su ciudad natal.

Rock & Pop
La noche de Cancún arde en pleno centro. Cocobongo, la renombrada disco del film The Mask agita al balneario con shows increíbles, a cargo de su propio equipo de animación. Con capacidad para casi dos mil personas, nadie queda sin ir y bailar a los ritmos de todas las épocas. Porque al igual que acá, la movida nocturna se extiende hasta tempranas horas de la mañana.
¿Y por qué no?, si lo que hay que hacer en Cancún es divertirse y soñar que la buena vida no habrá de terminarse nunca jamás.

Real Descanso
El Gran Caribe Real de Cancún asegura una estadía de ensueño.

Real Resorts es la cadena que no sólo cree -sino que se esfuerza en demostrar- que el huésped merece lo mejor en sus vacaciones. Es por eso que en Cancún y la Riviera Maya, ya sea para un romántico escape o un animado y divertido retiro familiar, sus excepcionales hoteles ofrecen completas vacaciones con el sistema Todo Incluido, brindando un servicio de excelencia en un entorno elegante y casual.
La propuesta ha sido diseñada para que el pasajero olvide todas las preocupaciones y se dedique tan sólo a relajarse y disfrutar. Y para cumplir con este objetivo, la marca cuenta con las herramientas idóneas. Ubicado en una posición estratégica, ni muy lejos del centro, ni en el ruido intenso, el Gran Caribe Real Cancún, es un grandioso hotel cinco estrellas cuyo depurado estilo Mediterráneo seduce y satisface los deseos de las más soñadas vacaciones.
Grandiosas vistas a la laguna o al mar turquesa desde todos los rincones del complejo, una playa de finas arenas blancas y variadas actividades recreativas, son a todas luces protagonistas y principales atractivos del lugar.
Las 453 habitaciones recién renovadas, equipadas con todas las amenities necesarias para deleitar a los más indulgentes; una opción gastronómica de lujo y el diferencial de un servicio sobresaliente por parte del staff, realzan una infraestructura señorial y ofrecen al huésped más exigente un valor agregado de lujo, indispensable para cualquier descanso cinco estrellas. Además, un exclusivo Royal Floor con check in express, servicio de habitación las 24 horas, concierge privado y otros placeres vip para los más exigentes. No se puede pedir más.