¿Quién lo duda? Hay emociones “malas” o “negativas”. El enojo, el miedo, la culpa, los celos, la envidia. Todos las conocemos; son tan molestas como frecuentes. Entonces, cuando las vemos venir [y generalmente vienen seguido], las etiquetamos y empaquetamos como si fueran completamente inútiles y las condenamos a desaparecer o, al menos, a ser disimuladas. Pero ellas se empeñan en regresar.
|