Modelo: Mercedes Sclavo para Valentino Bookings.
Maquillaje: Lionel Aita Musi.
Asistente: Leticia Penna.
Peinado: Rafael Techera.
Fotografía: Nicolás Minacapilli. Ropa: Sombrero y vestido de Imaginario Sur, pulseras de Manos del Uruguay.
Producción: Cecilia Solari Scheck. Asistente: Victoria Bernal.
Editorial En el origen debe haber pesado el deseo de agradar. O mejor, de seducir. Porque cualquiera sea la cultura, sin importar época ni geografía, hombres y mujeres siempre se las ingeniaron para desplegar artes y rituales al momento de la conquista.
¿Instintivo? ¿Genético? Tanto da. Lo cierto es que de seguro fue lo que dio pie a que se desarrollara, a través de los siglos, un ideal de belleza que mucho cambió, hasta llegar a nuestros días.
Tan viejo como las barbas de Adán, este tema que en todos los tiempos logró obsesionar a mujeres de Oriente y Occidente, tiene en su haber un considerable número de detractores que piensa, como si se tratara de una condición sine qua non, que aquellos a quienes preocupa su aspecto exterior, son frívolos y carentes de valores en su interior. Rodin dijo, en cambio, que la belleza no se encuentra en una sola mujer, sino en todas, y que es la llama de su vida interior, la fuente que la ilumina.
Sin obviar opiniones de críticos y defensores, prometo que en esta edición de PAULA encontrarán una completa selección de notas que tienen que ver con estar y lucir bien, sin culpas.
¿Qué quiero decir con esto? Que por un lado verán unas cuantas páginas dedicadas a las nuevas tendencias en cosmética y tratamientos para mantener la piel joven, firme e iluminada a pesar de la edad; más otras tantas consagradas a mostrar las nuevas líneas de maquillaje, con bases de textura duradera, labiales cremosos y sombras sugerentes; amén de las que destinamos a poner luz sobre ciertas recetas ancestrales, que no por bien sabidas, son en verdad efectivas.
Pero también se encontrarán con la otra cara de la belleza, más allá de estereotipos. Hoy, los rostros de las divas más lindas del cine avalan diversas líneas de productos, de marcas selectivas reconocidas. En el imaginario popular, la medida tiene su impacto. ¿Quién no quiere parecerse a una de esas lobas?
Sin embargo, los ideales de belleza pueden terminar provocando un deseo de perfección capaz de generar enorme ansiedad entre las féminas con inclinación a obsesionarse por encajar en el molde que proponen los cambiantes parámetros de moda. Una encuesta mundial ha dejado en claro que las adolescentes son las más vulnerables frente al deseo de alcanzar los cánones ideales, aun a costa de su salud.
A menos, claro está, que cuenten con el consejo y la sabia intervención de sus progenitoras. Ojo que no es cuento. También lo dice el estudio. Hay evidencia de que las ideas y conductas maternas sobre el asunto pueden influir en la imagen corporal de sus hijas ya en los primeros años de vida, acentuándose significativamente a medida que se acercan a la etapa juvenil.
Y es comprensible. La madre siempre constituyó el eje sentimental de la familia, pese a las transformaciones que se fueron sucediendo en el hogar, con la inserción de la mujer en el mercado del trabajo. La superagente doméstica de antes, dedicada full time al buen funcionamiento del núcleo sagrado, cedió terreno en sus dominios y avanzó a paso firme en ámbitos que hasta hace muy poco eran territorio de los hombres. Cuestión que viene a tono, en vísperas del día en que se rinde homenaje a la maternidad.
¿Que es una fecha comercial? Seguramente. ¿Pero quién se niega al reconocimiento de quien tanto significa?
En lo que es personal, mis hijos saben que lo celebro a viva voz. Siento la sombra de una gran ausencia. A cambio, recibo feliz el regalo de empezar a compartir el rol con una de las chicas. ¿Qué más? Tomar prestada una frase de Tolstoi: Opino que lo que se llama belleza reside únicamente en la sonrisa. A ser felices.