¿Qué hacer cuando un cortocircuito atenta contra los disfrutes de
alcoba y conspira contra los placeres de la intimidad? Las sabias respuestas
corren por cuenta de la psicosexóloga Margarita Ripoll. [Por K.S.]
Para empezar, ¿por qué se les ocurrió a los sexólogos emplear esta metáfora del apagón?.
–Utilizamos ese ejemplo porque en un apagón se corta la luz, que sería la vitalidad, la libido, el erotismo. Nuestra puerta de entrada al tema suele ser la consulta por una disfunción sexual en el varón. Yo trabajo con las mujeres que acompañan a ese varón y veo que, muchas veces, cuando el varón se rehabilita o se reestablece luego de un tratamiento médico, ellas permanecen apagadas, les cuesta recrear aquellas cosas que en algún momento de ilusión despertaban sus fantasías. La mujer se encuentra muchas veces en la cama y no puede volver a una situación de reencuentro: primero consigo misma, porque la fuente de placer está dentro de una; y después con ese otro que hoy está disponible a través de la sexología médica. Ese hombre tiene erección y deseo, se siente de nuevo potente, pero esa compañera siente que aquello que era ya no es más...