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  Diciembre 2005/ Nº157  
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Noticias del Primer Mundo: adiós a los varones sensibles...El metrosexual que hizo historia hace un par de años deja lugar ahora a un macho tradicional...¿Cuál es el perfil del nuevo hombre de moda?
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El regreso del
     JEDI






Noticias del Primer Mundo:

Adiós a los varones sensibles que semovían a sus anchas en terrenos antes reservados a las mujeres. El metrosexual que hizo historia hace un par de años deja lugar ahora a un macho tradicional que reivindica viejas costumbres masculinas.

¿Cuál es el perfil del
nuevo hombre de moda?



Por D.S        

Mientras un gran número de varones todavía se mira al espejo intentando encontrar algún parecido con David Beckham, el icono metrosexual por excelencia, las caníbales tendencias de la moda afirman, con sólidos argumentos, que el metrosexual ya fue.
Sí señores; ese prototipo pasó de moda muy rápido. No había ideología que respaldara ese modelo masculino, que duró lo que tenía que durar: un suspiro, como muchas modas. El metrosexual tenía pies de barro. Y quedó demodé.
Ahora, los hombres que no podían entender aquello de explotar su lado femenino, ponerse brillo en las uñas, arrasar con cosméticos, dedicar horas y horas a determinados músculos en el gimnasio y preferir amigas mujeres para hablar de cortes de pelo, cirugías estéticas y desfiles de moda, pueden volver a dormir tranquilos.
Si los placeres de la vida se colman con un buen asado entre amigotes y no hay mayor inconveniente en lavarse la cabeza con jabón si se descubre bajo la ducha que la mujer de uno se olvidó de comprar shampoo, no hay problema. Estos hombres volvieron a ser considerados normales. Es más: pasaron a ser el nuevo objeto de deseo.
Según las expertas estadounidenses en tendencias Marian Salzman, Ira Matahia y Ann O´Reilly, autoras de El futuro de los hombres (The Future of Men, Palgrave MacMillan), en los próximos años el modelo de hombre que marcará las tendencias de la moda será el ubersexual.
La palabra uber proviene del alemán y significa –con los matices que le han dado distintas traducciones– algo así como súper o muy. En criollo, algunos medios periodísticos de América Latina han traducido el concepto ubersexual como macho alfa.
Según las célebres investigadoras, son los ubersexuales (varones clásicos, silenciosos y con una estima personal por las nubes), a quienes buscarán las marcas y la moda, y por quienes se desvivirán los creativos publicitarios.
Adiós a las campañas fomentando el lado femenino de los varones. A partir de ahora se respetará la virilidad, la masculinidad pura, y comenzará la construcción de un culto a partir de esos conceptos. El caballero de antaño resurge de sus cenizas.


   
 
Arturo Del Campo
Daniel Javier
Aureliano Folle
Alberto Kesman
 

Entierren al metro
A comienzos de 2003, Marian Salzman comenzó a popularizar el término metrosexual, acuñado en 1994 por Mark Simpson. En agosto de 2003, una nota de Paula sorprendía a Montevideo difundiendo el concepto, que comenzaba a hacer furor en Estados Unidos y Europa, donde las agencias de publicidad se embarcaban alborozadas en esta nueva tendencia.
En esa nota, la propia Salzman, entonces Jefa de Estrategia de la agencia Euro RSCG Worldwide, sostenía que entre el 30 y el 40 por ciento de los varones anglo americanos eran metrosexuales. “Una nueva ola de hombres”, sentenciaba.
Se trataba de hombres heterosexuales que forzaban hasta el límite las fronteras de la masculinidad y se llevan muy bien con las mujeres. Fue tal el impacto del término que, a fines de ese mismo año, metrosexual fue declarada “la palabra del año” en Estados Unidos.
Dos años después, Salzman es vicepresidenta ejecutiva de J.Walter Thompson. Ira Matathia es directora administrativa de Taxi Advertising y Ann O´Reilly es Jefa de Estrategia de Euro RSCG Worldwide. En pocas palabras, tres mujeres muy marketineras y tres pesos pesados en el mundo de la moda. Tanto, que fueron capaces de enterrar el mismo mito que habían levantado.
Muy convencida, Salzman sostiene hoy que el modelo de hombre va por el lado de Bono, el líder de U2, la célebre banda irlandesa; los actores George Clooney y Pierce Brosnan, el multimillonario Donald Trump, el fisicudo Arnold Schwarzenneger, gobernador del Estado de California y hasta el propio ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton.
Consultada para theage.com, Salzman sostuvo que “los hombres no quieren más productos que sean derivados de otros originalmente pensados y confeccionados para mujeres. Ellos quieren cosas pensadas y hechas para hombres”.
Los ubersexuales “marcan un retorno al tradicional hombre de antes, fuerte, justo y con un carácter muy firme”.

Macho Alfa oriental
En Uruguay, no son pocos los varones que cuadran con el estereotipo planteado por Salzman, Matahia y O´Reilly. Uno de ellos es el popular presidente del Danubio Fútbol Club, Arturo del Campo, de 43 años, casado y con dos hijos.
“Yo soy muy clásico. Me gusta ira al cine, leer, pescar y reunirme con mis amigos para hacer un asado o salir a cenar. También soy bien tradicional para la ropa: me gustan los colores azules o celestes. Generalmente es mi mujer quien se ocupa de comprarme lo que me hace falta”.
Del Campo reparte el tiempo entre su familia, Danubio y un campo que administra en Soriano. “Mi actividad me obliga a hacer miles de kilómetros al mes. Varios días salgo de mañana para Soriano y vuelvo de tarde a Montevideo para ir a Danubio, llegando a casa de noche, muchas veces cuando todos duermen, pero en general las tres cosas se pueden armonizar bien”.
¿Y cuál es la más importante para él? “No tengo dudas que la familia”, se apresura a aclarar Del Campo.
“Pintar, navegar, el océano, los atardeceres, Brasil, los amigos”, figuran a la cabeza de los gustos del modelo Daniel Javier, de 44 años, ingeniero agrónomo de formación, y otro familiero confeso. Pruebas al canto: su suegra confirmó a Paula que el hombre es “un encanto. Realmente, un yerno divino”.
Javier, casado con la modelo Victoria Zangaro, afirma que su atuendo preferido consiste en “bermudas, hawaianas y una camisa holgada, pero igual aprecio la ropa de marca, en especial un buen par de zapatos”. En cuanto a los lugares que le gusta frecuentar destaca Velvet y Lotus aunque “no cambio nada por pasar la noche en un simple bolichito de una buena playa de Brasil, escuchando música de ese país”.
A pesar de su imagen de hombre tradicional, Javier reivindica su mente muy abierta: “soy muy curioso y me gusta estar siempre actualizado”. Con respecto a la pinta, afirma cuidarse bastante. “Voy al gimnasio, así que me preocupo de mi apariencia y no me parece mal. Ojo: no hago sacrificios”.
Conocedor del mundo de la moda, estima que “los llamados metrosexuales están muy seguros de su hombría, y no tienen complejos al respecto, no necesitan justificar sus actitudes. En realidad no creo que esta tendencia vaya a revertirse tan fácilmente. Por ejemplo, el consumo de cosméticos específicamente desarrollados para el mercado masculino continúa creciendo a una tasa muy importante. Los tangueros de antes pasaban más tiempo frente al espejo que los hombres de hoy en día. Estaban todo el tiempo en pose. Así que no creo que la cosa vaya a cambiar mucho. Cada época tiene sus cosas, pero siempre es más o menos la misma historia”.

Viva el Neandertal
“Yo soy un auténtico hombre de Neandertal”, se presenta el comunicador Aureliano Folle, conocido por su voz gruesa (que puede escucharse en Sarandi 690) y por su particular forma de abordar periodísticamente las notas policiales en Canal 10.
“La moda soy yo. Me la hago a mi medida. Soy medio bruto para eso, pero sé que nunca seguí la moda. Siento que seguir modas es algo que hace perder identidad a las personas. Me siento un representante de la anti moda. Si la tendencia viene de usar championes rojos, yo uso negros. Soy así”, dice Folle, a quien nadie podrá objetar su elegancia.
“Hasta que se pusieron de moda me mandaba a hacer las camisas a La Silencieuse, donde ahora hay un restaurant, con un camisero que se llamaba Halty. Eran camisas antiguas, clásicas. Hasta usaba barba pera, y cuando todos la empezaron a usar, me la quité”.
Folle, de 48 años, está orgulloso de ser un tipo clásico, que reivindica el traje y la corbata a la hora de la formalidad. “Lo tradicional nunca pasa de moda. ¿O han pasado de moda Los Beatles y Beethoven?”.
Fumador de La Paz suave de toda la vida, usa botas todo el año. Pero no cualquier tipo de botas. Se las manda a hacer a lo de Franco y Benito, “en Martínez Trueba y Durazno”. Una vez le preguntaron por qué usaba botas en pleno verano y contestó: “las botas son para que al hombre no lo muerdan las serpientes, no para el calor”.
Las frases contundentes son una de las características de este periodista que conduce El Quinto Elemento, un programa radial nocturno en el que aborda temas relacionados con el espíritu, su salvación y las diferentes corrientes filosóficas de pensamiento.
Al igual que Del Campo, Javier y la mayoría de los machos alfa ahora tan en boga, Folle le asigna un rol fundamental a su mujer y a su familia. “Soy lo que soy gracias a ella. Hay un hombre antes de y otro después de la familia”, asegura Folle, que tiene tres hijos y está convencido de que “un hombre se hace tal cuando comparte todo con una mujer, no cuando compite con ella”.
Algo por el estilo piensa Salzman. Según la autora de El futuro de los hombres, algo no andaba bien cuando cada mañana las parejas se peleaban por el espejo del baño. De acuerdo a lo publicado en Inglaterra por The Observer, mientras el metrosexual estaba obsesionado con su imagen y su estilo de vida, el ubersexual tiende a comprometerse con las causas nobles del mundo y se apasiona con las mismas. Bono es un buen ejemplo de ello. Por otro lado, para los metrosexuales los mejores amigos eran del sexo opuesto: mujeres. Para los machos alfa, no hay nada más reconfortante que un programa o una charla con un buen amigo.
Sin embargo, insiste la autora, ser ubersexual no implica ser descuidado, maleducado, ni tratar mal a las mujeres. Los ubersexuales no se la pasan tomando cerveza y hablando sólo de deportes, como si el mundo fuera una pelota.

Kesman es Kesman
El popular relator Alberto Kesman, de 55 años, dos hijos, una nieta y “actualmente de novio”, afirma que el asunto de los metrosexuales fue “como la lambada. Estuvo un tiempo de moda y después desapareció. ¿O alguien baila lambada hoy día?”.
Según el famoso periodista, “lo tradicional y lo típico siempre está de moda. Lo demás son todos inventos. Yo veo esos fenómenos, los miro, leo sobre ellos, y no me cambian para nada, ni un centímetro. Son simplemente fenómenos que me llaman la atención y punto… pero tampoco tanto, no soy del año del ñoca”.
“Si me preguntás qué es lo que más me gusta” –se adelanta a la jugada– “y… estar en una parrilla con buenas tiras de asado, chorizos, morcillas, un buen grupo de amigos y un vaso de whisky, La Perdiz Doce Años, si es posible. Me gusta divertirme sanamente, rodeado de gente linda, mirar chicas, mirar gente atractiva. Reconozco que uno tiene su vanidad, le gusta estar bien, mirar y que lo miren. Yo soy así”, dice Kesman antes de rematar: “claro que me considero un hombre tradicional, pero con cabeza abierta. No soy de los machistas a los que les gusta ver a su mujer todo el día lavando platos en la cocina: todo lo contrario”.
Puede resultar curioso que Salzman, la misma persona que en 2003 catapultó el término metrosexual al mercado de las tendencias, dos años después rompa su propio paradigma y arroje al mercado otra hipótesis de trabajo con el término ubersexual o macho alfa.
Experta en la materia, y con un legajo en el que cuelgan varios aciertos como la predicción del revival de los ‘70 o la identificación de los niños blancos estadounidenses con la cultura callejera negra de los barrios marginales, Salzman lo explicó a theage.com con naturalidad: “le quería demostrar a todos es cómo se puede difundir un rumor (a buzz) por el mundo sin pagar un peso de publicidad”.
Consultado Kesman sobre qué pensaría si le dijeran que su figura calza con el estereotipo del macho alfa descrito por Marian Salzman, el hombre sonrió y contestó socarronamente: “y, habría que ver lo que calza la doctora”.

 

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