Usted comenzó diseñando ropa para hombres. ¿Le resultó tan aburrido ese mundo que rápidamente pegó un giro hacia el universo femenino?.
–No, al revés. Me parece que el hombre es un reto muchísimo mayor que la mujer. Lo que pasa es que la mujer siempre le va comiendo el terreno al hombre. Yo empecé haciendo hombre y las mujeres comenzaron a entrar al local y compraban y se vestían con ropa mía. Llegó un momento en que coparon todo y los hombres fueron quedando a un lado. Eso mismo hacen las mujeres en todos los terrenos.
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