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A LA CONQUISTA del Este
¿El irresistible encanto de la costa uruguaya o simple especulación inmobiliaria?
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A la Conquista
DEL ESTE

Los metros más caros y los clientes menos pensados. Arquitectos de renombre internacional y showrooms de diseño. Desde la península hasta la laguna garzón, torres y chacras seducen a compradores vip de todo el mundo, dispuestos a empapelar de dólares el este nacional. ¿un nuevo boom o crecimiento sostenido? ¿el irresistible encanto de la costa uruguaya o simple especulación inmobiliaria?

POR MACARENA LANGLEIB FOTOGRAFÍAS: PABLO RIVARA

La casa que Carlos Ott planea construir en José Ignacio tendrá una luz particular. De cara al oeste, tonos de rosa y naranja se reflejarán en el techo y las paredes de titanio conforme el sol se desplace en el horizonte. El célebre arquitecto uruguayo, artífice de la parisina Óperade la Bastilla, cumplirá de esta forma con el pedido de su poderoso cliente: que su residencia de veraneo sea una verdadera obra de arte. El inversor es un empresario noruego apellidado Vic y su casa, de la que ya habla todo José Ignacio, la punta del iceberg de la gran apetencia inmobiliaria que se respira en la zona.
Lo que más llama la atención del proyecto, todavía bastante secreto, es el empleo de un material tan costoso como el titanio para el revestimiento. Nada que envidiarle al Guggenheim de Bilbao, por poner un ejemplo famoso. Pero si bien la chapa permite pliegues que otorgarán cierto carácter escultórico a la fachada, conviene hacerse a la idea de que esta casa tendrá un perfil más bajo que la obra cumbre de Frank Gehry. A una década de aquella polémica construcción, es la primera vez que en Uruguay se utilizará este tipo de material. Turbador desde el punto de vista estético, ya que crea una atmósfera de ciencia ficción, demanda un complejo sistema de colocación con acero inoxidable y es inerte frente a los agentes externos. ¿Será inmune a las miradas?
Aunque la casa todavía está en la etapa de fundaciones, y recién llegó el cliente para analizar los costos de la obra, ya trascendió que el presupuesto global se contará en millones de dólares. El terreno, como dejó saber un operador inmobiliario de la zona que prefiere

mantener el perfil bajo, fue adquirido hace tres años. La venta, por tanto, no ocurrió en el momento pico. Lo cierto es que la emblemática esquina donde hasta hace poco tiempo funcionó Cream pronto verá levantar un nuevo faro de atracción para el paquetísimo pueblo donde ya tienen sus casas varios ricos y famosos.
Después de la crisis de 2002 ha ocurrido una especie de boom. Frente a la pérdida de credibilidad del sistema bancario, quienes tienen capital buscan activos fijos en los que ponerse a refugio. Como es notorio, el interés se ha ido desplazando cada vez más hacia el Este, con José Ignacio como una atractiva opción en la zona de influencia de Punta del Este. Tranquilidad asegurada durante el día y divertimento nocturno a pocos kilómetros, ya en La Barra, ya en la propia Punta. José Ignacio es, de hecho, la última península de la costa uruguaya, rodeada por dos lagunas. Una maravilla geográfica protegida gracias a una ley impulsada en 1993 por los vecinos y la Junta Departamental, que limita las construcciones y carga las tintas contra los carteles de neón, los shows con música en vivo y otro tipo de ruidos molestos que allí no tiene cabida. El metro cuadrado más caro de José Ignacio, frente al mar, cuesta 2 mil dólares. Recientemente se han vendido terrenos de entre 2 y 15 millones verdes. En entornos rurales, donde se levantan las famosas chacras marítimas, superficies mayores a 50 mil metros cuadrados llegan a valer 30 dólares el metro. Pero hay más dinero en juego. The Setai Hotel, en la vecina playa de La Juanita, tiene a mayo de 2008 como fecha de inicio de obra. Se trata de un polémico proyecto que tendría muy baja densidad de uso, con unas 45 casas a futuro en lotes de 2.500 metros sobre el mar, y un lodge de 20 cabañas pequeñas. El plan promete emplear no más del 20 por ciento del terreno en edificaciones. En dos años estaría pronto a estrenar. El José Ignacio Golf, de 20 hectáreas, es otro proyecto impulsado por Terramar, todavía en espera de aprobación. Laguna Escondida Lake and Beach Resort, pasando José Ignacio rumbo a la laguna Garzón, es la gran jugada del developer cubano-estadounidense Jorge Pérez, quien invirtió allí unos 50 millones de dólares, según informa el portal Top inmobiliario. La revista Time se refirió a Pérez como “el Donald Trump de los trópicos”. Por su parte, el empresario y coleccionista argentino Eduardo Costantini compró 274 hectáreas del paraje Las Garzas, próximas a Laguna Garzón, por 30 millones de dólares. Dicen que está esperando el momento propicio para fraccionarlas y hacer un complejo de chacras oceánicas. El hermano de Julio Iglesias habría hecho lo propio cerca de Punta Piedras, más precisamente en la ruta 104, donde pondrá las bases de un club de campo.

Arte y dinero
La casa principal del proyecto de Ott para mister Vic será de tres pisos: la planta baja estará destinada a las relaciones: tendrá una oficina, una cocina, y el resto del espacio conformará un único ambiente; en la planta alta habrá tres dormitorios en suite, y el subsuelo albergará otra cocina. Un gran atrio a la entrada será común a los tres pisos y habrá una terraza con piscina. Las instalaciones que rodearán la casa principal, enjardinadas desde el techo y totalmente cubiertas, serán 10 habitaciones de huéspedes provistas de gimnasio y barbacoa.
“Aquí sólo corre el viento”, es el eslogan de José Ignacio. En el tranquilo aunque solicitado paraje, Ott y Edgar Baruzze (el arquitecto asociado en este emprendimiento), deberán apurarse si quieren llegar al próximo verano con todo listo. El proyecto ejecutivo está siendo analizado por técnicos de Alemania y China y el titanio será encargado a Europa. El costo de la obra también se encarece por los vidrios dobles, laminados y con cámara de aire, que demandan una inversión inicial alta pero aseguran luego gran ahorro de energía al conservar el calor.
A diferencia de la Costa Azul, “en José Ignacio no hay nuevos ricos que quieran venir a ostentar”, asegura el agente inmobiliario de bajo perfil, quien además cree que la cartelería allí no da resultados y que en tren de vender lo que más funciona es el boca a boca. De Mr. Vic, el noruego de la imponente mansión que de momento sólo puede verse en planos, se dice que se dedica a las finanzas y a la navegación. Que vive en Nueva York y que tiene familia en Uruguay. Que ha hecho inversiones en todo el mundo y que es un gran amante del arte, especialmente de Joaquín Torres García. Una prestigiosa galería de Montevideo y Punta del Este lo puso en contacto con varios artistas locales: Carlos Musso, Lacy Duarte, Marcelo Legrand y Diego Masi. En el caso de los dos primeros, se trataría de obras expresamente elaboradas para sus propiedades y de corte religioso. Incluso se comenta que uno de ellos habría viajado al viejo continente para para engalanar con su arte otros inmuebles del empresario. Vic contrató a Ott para su casa de José Ignacio, pero contactó a otro arquitecto, Marcelo Daglio, para levantar su chacra frente a la vecina laguna. Allí, los paisajistas comenzaron a trabajar hace poco más de un mes.
“Éste es un mercado de consumidores finales: el 90 por ciento no piensa en la rentabilidad de su inversión. Viene buscando seguridad, carácter familiar y bajo perfil”, concluye el agente inmobiliario.
En eso seguramente pensaría el señor Oks cuando contactó al arquitecto chileno Mathias Klotz para diseñar su refugio de mar sobre las rocas de José Ignacio. “La Casa Oks –describe el sitio web del estudio trasandino– es en definitiva una

secuencia de espacios de plantas casi cuadradas en que se va entrando desde lo más público a lo más íntimo, cruzando terrazas, patios, espacios exteriores, intermedios e interiores, para llegar finalmente al más privado de todos que es la habitación principal”. Jardines de suculentas (una especie de cactus) sobre los techos, intentan mejorar la calidad térmica e integrar la casa de hormigón visto y madera de lapacho con el entorno, un terreno de doble declive que muere en las rocas. La denominada Casa Oks es uno de los tres proyectos que llevan la firma Klotz aquí: hay otro en La Barra y uno más en Santa Mónica, a medio camino entre el Medellín Polo Club y José Ignacio.
Hay otras noticias confirmadas o secretos a voces que agitan el mercado inmobiliario de la zona. Que Manantiales y vecino El Chorro también viven su pequeño boom, porque en la ultra top Punta Piedras ya no queda más espacio. En el remoto Pueblo Garzón (al que se llega por la ruta 9, casi en la frontera con el departamento de Rocha), la utopía del chef Francis Mallman hace soñar a los lugareños con precios astronómicos, y se vislumbra nueva luz en el horizonte con la instalación de cinco norteamericanos de bolsillo abultado pertenecientes al ámbito de la moda y el diseño, dispuestos unos a construir casas desde cero y otros a reciclar viejas viviendas. Un conocido anticuario de La Barra jura que le vendió a uno de ellos un sillón que perteneció al presidente Terra. Sin embargo, José Ignacio y su zona de influencia sigue siendo el hot spot. “¡Antes, las casas eran de 500 ó 600 metros cuadrados, pero ahora ese metraje lo reservan para las casas de huéspedes. Las casas principales son hasta de 5 mil metros!”, observa un comerciante que se niega a dar su nombre, porque sabe que estos inversores valoran (y mucho) la discreción.
Son los llamados extra regionales. Pero no necesariamente ingleses o estadounidenses, sino muchos argentinos que pertenecen al mundo de las finanzas. “Hay toda una fauna entre los 30 y los 50 años. No es gente rica en patrimonio, sino con ingresos muy fuertes”, deja saber ese mismo discreto comerciante de la zona.

Golden Boys
“Me parece muy razonable”, contesta asertivo desde Estados Unidos Hernán Iglesias Illa cuando se lo consulta sobre la posibilidad de que buena parte de quienes compran en el Este uruguayo sean argentinos de éxito en la bolsa del Norte. Iglesias Illa acaba de terminar Golden Boys, un proyecto de investigación con el que ganó la primera convocatoria del Premio Crónicas Planeta/Seix Barral. “El proceso empezó hace veinte años. Se intensificó hace diez y más todavía hace cinco. Algunos trabajaban ya en Buenos Aires en estos bancos y otros vinieron a

hacer un MBA y consiguieron trabajo. No es que vinieron a ver qué pasa, no son exiliados”, resume el experto y enseguida agrega: “lo que sé es que todos se encuentran en Punta del Este entre el 20 de diciembre y el 4 de enero, porque aquí no hay muchas vacaciones en esa época. El mes más lento de los mercados es agosto. Pasan la Navidad en Buenos Aires pero a Punta van todos. Muchos de ellos viven en Greenwich, Connecticut que es una de las ciudades más ricas de Estados Unidos. Es un lugar de alto perfil: se compran las casas y los autos que quieren, no son austeros en ese sentido, pero no les gusta que se sepa ni mostrarlo en Argentina. En parte, dicen ellos, por un tema de seguridad; en parte, porque sus compañeros de facultad, sus amigos o su familia, viven mucho peor”.
Estos golden boys son profesionales con ingresos de 500 mil dólares anuales, aunque con una alta carga impositiva. “No es que trabajen cinco años y se retiren. Es como un mito. Pero los que más ganan, ganan hasta cinco millones en un año. Aparte, tienen acceso a créditos baratísimos. Las hipotecas para comprar en el exterior no son tan baratas, pero si Refugio vip: una de las obras del arquitecto chileno Mathias Klotz en José Ignacio. estás en el mercado tenés más opciones”, redondea el periodista.

Ascensores al cielo
Esta es la segunda temporada que la franquicia de Sotheby's Realty está en Uruguay. El verano pasado logró la exclusividad del edificio Acqua, proyecto del uruguayo Rafael Viñoly, el mismo arquitecto del nuevo aeropuerto de Carrasco. La Licenciada en Comercio Internacional y directora de marketing de la franquicia, la mexicana Mónica Lozano, informó que hasta diciembre pasado se colocaron 13 unidades de las 34 que integran el edificio. El departamento más económico fue vendido a 1.3 millones de dólares. En el correr de 2007 se efectuó la venta, además, de la unidad 301, una de las que tiene piscina propia, por un valor de 5 millones verdes. Pero a no desmoralizarse. El penthouse, que es previsiblemente la unidad más cara de Acqua y vale 7 millones y medio, está aún disponible. Tiene 1.600 metros cuadrados, y una piscina de uso exclusivo de... 356 metros cuadrados.
Ubicado en la parada 19 de la Brava, Acqua fue proyectado desde una sensación de espacios infinitos, de amplitud. Por eso en sus partes más bajas tiene una altura de tres metros. Todo es enorme, incluso la cifras. “Cuando uno habla de esos precios la gente se impacta, pero realmente lo vale”, asegura Lozano terciando por su producto.
Su página web se conecta a la página internacional de la firma, desde la cual “esa gente exclusiva, de nivel internacional” a la que apuntan, puede consultar sobre este tipo de ofertas. En un rutinario día de trabajo, Lozano recibe, por ejemplo, llamadas desde Singapur. De broker a broker de la gran red Sotheby's se intercambian clientes, que llegan por

la confianza en la marca. Trabajan con 450 oficinas alrededor del mundo para ser una fuerza mayor. Los 13 compradores de Acqua, no obstante, son todos europeos. Gente de alto nivel adquisitivo para la cual esta es su tercera o cuarta propiedad en el mundo. No son gente que quiera darse a conocer ni mucho menos famosos, asegura la encargada de marketing. “Son gente... rica, a la que le encanta el diseño”, resume. En algunos casos están armando su plan de decoración y para eso traen expertos de Argentina y de la propia Europa. Media docena ya está disfrutando de la temporada. Eligen Punta del Este “por la tranquilidad, por la naturaleza, por lo poco desarrollado que está. Aunque Punta del Este es una ciudad, nunca se va a comparar con una ciudad grande.Y el clima, que en verano es relativamente tranquilo y no agobia. También porque muchos tienen relaciones con Argentina y su círculo social a nivel mundial está aquí”, concluye Lozano.
Vale agregar que varios locatarios han ido a curiosear por Acqua. ¿Pero Sotheby's ha pensado realmente que conseguiría captar al menos un comprador uruguayo? “Le soy sincera: no”, contesta pronto la encargada de marketing del edificio. “No porque no puedan acceder. Creo que no es para ese perfil. El uruguayo disfruta más de una chacra o de una casa en La Barra. A Acqua han ido muchos a visitar, pero ninguno ha ofertado”.

Red internacional
“Uno está vendiendo Punta del Este por encima de cualquier producto en particular”, dice el argentino Juan Carlos Sorhobigarat, afincado en Uruguay desde hace 18 años, feliz propietario de una casa en La Barra y director de Terramar Servicios Inmobiliarios. Según él, un plan de negocios tiene que desarrollarse todo el año, como lo hacen los brokers internacionales. De allí que Terramar haya decidido apostar a un mercado de lujo, a través de su asociación con Christie's, con la cual no se mueven por ningún producto de valor menor al millón de dólares.
La casa más costosa que tienen a la venta está en 10 millones. Con tantos ceros el recaudo crece: no revelan la ubicación, siquiera. Entre los 2 y los 3 millones está la mayor cantidad de consultas. Ése es el eje más buscado.
Su objetivo al formar alianza con Christie's fue tratar las propiedades valiosas por medio de un canal de comercialización lo más cercano al cliente extranjero. Cerrar el acuerdo llevó más de un año de tratativas: que los conocieran, que los investigaran, que respetaran su branding o trato de marca, el target, que revisaran su track record con respecto a operaciones de los últimos tres años (en cuanto a volumen y ventas por unidades). Aunque en febrero pasado se selló el acuerdo, éste es el primer verano conjunto y todo puede

suceder. Hasta el momento hubo muchas consultas de parte de la red de asociados, pero más que nada para alquilar. Las ofertas o desarrollos futuros de proyectos se colocan on line, en la revista de Christie's, en el The New York Times o en el Wall Street Journal. El perfil de los interesados arroja muchos empresarios que siguen manteniendo negocios, pero están alejados del día a día. “Les encanta la inmensidad y la poca cantidad de gente que hay. Vienen enfocados por un producto pero se interesan por otro. De pronto van a comer a La Huella y se sienten contenidos porque hay una cantidad de extranjeros alrededor. Hay una transformación sustancial cuando vienen. Este lugar les dispara un montón de fantasías”, cuenta Sorhobigarat.
Paralelamente, el agente inmobiliario señala la importancia de los fondos de inversión. “Pueden hacer los proyectos sin financiamiento nacional y sin la necesidad de las preventas, que hacen que el producto sea más lento de verse y que esté muy marcado por la fluctuación de ‘humor’ del mercado. En cambio, los extranjeros acompañan el ciclo y lo aceleran. Al ingresar capitales lo alimentan, porque es dinero genuino. Si voy a hacer un edificio en Rincón del Indio y compro la tierra con dos inversores, hago los números, tengo los arquitectos, pero para empezar la obra, de cada ocho unidades necesito vender cuatro, y con esas cuatro tengo que fondear, buscar cuatro compradores que van a querer menor precio, porque van a tener que esperar, y con eso yo voy a poder hacer otras cuatro... y aún me queda hacer la ganancia. Eso es lo que viene ocurriendo en el mercado, a grandes rasgos. Se utiliza la preventa, que te hace dibujar un precio que no es el adecuado y te hace ingresar a un especulador. En cambio, de la otra forma vendés proyectos genuinos que se financian al comprador final. Ése es el gran cambio que se va a ver plasmado en el transcurso de los próximos cinco años”.
Sorhobigarat prefiere no hablar de un boom sino de un crecimiento a largo plazo, con la sustentabilidad que aporta, por ejemplo, la demanda brasileña, que hace cuatro años no existía. “Eso no quiere decir que no veamos proyectos fracasar”, advierte. “Tiene que ver con el aprendizaje de los developers. Al cliente lo tenés que salir a buscar, no sólo en la zafra. Tenemos que tener líneas de comercialización todo el año”.

Nada de booms
Fueron ocho años de negociaciones con la familia

Sader por la compra del terreno que ocupó el viejo Hotel Playa. Esa superficie de casi 14 mil metros está ubicada en la puerta de la península, frente a Los Dedos. Era el terreno más deseado. La inversión en el predio, contando impuestos, superó los 8 millones. Allí se implantarán las tres torres Imperiale
Luxury Condominiums, de estilo italiano, inspiradas en la arquitectura de Andrea Palladio. El año pasado se lanzó la segunda torre. Son 64 unidades de las cuales se vendieron 15 en un mes y medio. La torre uno, que se vendió en 2006, ya tiene el hormigón en la planta baja y se está avanzando.
Otro mega proyecto puntaesteño, Le Jardin, edificio que integra la Atijas-Weiss Quality Collection, ya está en manos de sus propietarios. Con Imperiale se ha subido la apuesta. “Lo está comprando gente de todo el mundo y va a poner a Uruguay en el candelero”, sostiene el leader project Daniel Weiss.
La venta de este proyecto, contando las tres torres, supera los 100 millones de dólares. Las unidades centrales están en el orden de los 400 mil, y las esquineras, más cotizadas, en un promedio de 550 mil. “Tenemos compradores, fundamentalmente, como siempre, de Argentina, pero cada vez más, en altísimo porcentaje, de fuera de la región, de Europa, Estados Unidos y Sudáfrica. Son nuevos para Punta del Este”, aclara el arquitecto. La promoción apostó fuerte a la revista Market, de Bloomberg. En enero de 2007 publicaron una página entera que “bastante costó”, admite el arquitecto, pero que sus buenos frutos dio. El proyecto también está presente en las terminales Bloomberg, esas dos pantallas que titilan en varios bancos privados del mundo.
El monto mínimo que invierte el cliente de Imperiale es de 360 mil dólares (los primeros pisos pueden caer un poco), y hay un techo de más de un millón. “Tenemos precios bastante razonables y aun en el más caro somos muy competitivos a nivel internacional. Esta clientela está habituada a adquirir bienes en el mundo a precios seis, siete u ocho veces más altos. Creemos que el mercado nos está premiando por esa forma de manejar los negocios”.
Imperiale ofrece un universo de comodidades, servicios y amenities, entre ellos hidromasaje, canchas de tenis y multiuso, conexión wi-fi.
¿Qué puede decir sobre la especulación? “En nuestro caso el porcentaje es muy bajo. Por ejemplo, en Le Jardin muy pocos revenden: mucho menos del 10 por
Lujo en las alturas: así se verá Imperiale una vez que esté en pie.
ciento. Si todos compraran para especular los apartamentos no valdrían nada; nuestros consumidores siguen siendo en un 70 por ciento argentinos; y de ellos, el 90 por ciento va a usar sus apartamentos. Es un comprador decidido, consolidado”.
La temporada dura, a lo sumo, 60 días. En verano es más factible ver todo prendido. El cliente que esté más cerca puede quedarse un mes; el más lejano, no más de 15 días.
No hay gente del jet set entre los vecinos de estos edificios, pero sí de la lista Forbes 500. Naturalmente, son de bajo perfil, y sus datos, confidenciales. “Vamos a hacer una obra de arte aquí”, se entusiasma Weiss. Anuncia que cada torre va a tener una galería de arte en los balcones de los lobbies (que son de doble altura), que están negociando con un par de grupos vinculados al artbanking y que la idea es que todas las temporadas haya exposiciones de una semana en Imperiale. “A la piscina cerrada le hicimos una bóveda celestial con detalles de iluminación que la van a convertir en la vedette”, sigue contando, fascinado. Weiss tiene casa en Punta del Este desde 1992, año en que se recibió. “Soy muy hincha del Venetian Hotel de Las Vegas, quizás más exagerado que esto. Aquí intentamos ser más fieles a Palladio”.
En julio de 2010 entregan las llaves de la torre uno y al año siguiente, de la torre dos.
Para la tres hay conversaciones con Donald Trump y no saben si va a ser un residencial, un condominio de lujo o un mix de ambas cosas. Este verano se abordarán esos temas en las reuniones con la sociedad.
“No creemos que haya un boom. Es una venta sostenida, que en nuestro caso arrancó hace dos o tres años y se mantiene constante. Quien crea que va a salir y va a vender todo en dos días, se va a dar contra una pared. Es lo que me cuentan que ocurrió en el boom del 80. No es sano para la economía ni para el rubro.” ¿Y cómo describir lo que sucede ahora? “Esto es como exportar: viene capital del exterior para dar mano de obra y producir cosas, y los bienes después quedan cautivos hay que mantenerlos. El mejor negocio para el Uruguay es lo que está pasando aquí”. Manejan las cosas con mesura, pero si todo sigue viento en popa, el año entrante pondrán a la venta la tercera torre. “Quien se crea que en Punta del Este hay carnaval va a perder mucha plata. Terrenos hay. Salir a vender 200 torres en tres años... ahí reventamos el sistema. Eso provoca que vengan 50 mil obreros a trabajar y después se quedan sin trabajo.
También hay que pensar en la infraestructura para mantenerlas: hay que dar energía, saneamiento, hay que recoger la basura. Nos conviene a todos que el crecimiento sea gradual. Aún hoy hay esqueletos parados en Roosevelt, que son las heridas que provocó un boom que cayó. El cliente extranjero se maravilla con nuestro país. Lo que hay que lograr es que los bolicheros vengan al boliche, porque el boliche está muy bueno”.

PASEN Y VEAN
Duran lo justo para cumplir con la tarea de informar y vender. Luego se levantan como una toldería que ha agitado la ciudad a lo largo de un año o más. Sin embargo, el carácter efímero de los showrooms ya no es excusa para la desprolijidad. Por el contrario, actualmente la tendencia es recibir al eventual cliente en un espacio de diseño, concebido casi con tanta minuciosidad como la futura construcción. O, por lo menos, con un estilo que vaya a la par. Así las cosas, en un área de gran sofisticación, que incluye elementos decorativos firmados por el célebre Philippe Starck, se asesora a los futuros dueños de un edificio de 20 pisos en la parada ocho de la avenida Roosevelt, que, como adelantó el suplemento El Empresario, en su interior será similar al Hotel Faena de Puerto Madero. El arquitecto Javier Álvarez dirigió a un equipo de 40 personas que se encargó de la reestructura de la planta baja, donde además hay salones para eventos. El espacio es propiciado por Yoo, un concepto en desarrollo inmobiliario inspirado por Starck (que es su director creativo) y rodeado por un dream team del diseño y el mercado de los bienes raíces liderado por John Hitchcox (presidente), que ha tenido gran éxito en sitios como Boston, Phuket, Melbourne, Londres y Puerto Vallarta. El arquitecto Manuel Morales, del estudio Yoo, se encarga del seguimiento del proyecto. El interiorismo del showroom de Imperiale, así como el de los baños y cocinas del proyecto impulsado por Atijas-Weiss, fue desarrollado por Vivai. No más de 10 personas integran el equipo de ventas que trabaja en el lugar. Fijan citas vía e-mail con potenciales interesados del exterior, que son el grueso de su clientela, y desde el pasado 26 de diciembre utilizan una limusina blanca con el logo de la empresa, contratada especialmente para llevar y traer personas desde los hoteles. ¿Quién duda que sea la antesala más coherente para cerrar un negocio de cientos de miles de dólares?
     
PAULA: San José 1165 of. 204. Tels: 902 0115 int. 178 - 900 6427 - Fax: 908 39 16 - E-mail: [email protected]