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Conjunto: John Galliano
Modelo: Pedro Ríos
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Editorial
Viajar al Viejo Mundo es siempre inspirador. Y lo es doblemente
si se hace en pleno ejercicio de la profesión, invitada a visitar la meca de la moda madrileña, donde diseñadores de renombre se codean con jóvenes exponentes
de una vanguardia que sacude las ideas y por supuesto, marca tendencia.
Algo que también pasa en este continente siempre en vías de alcanzar
la mayoría de edad, con otras raíces y otras realidades, pero
que a la hora de hacer moda moviliza, con propuestas de chicos que no se amilanan y aportan frescura, en un momento en que parece que nada queda por descubrir.
Así las cosas, se explica que el Salón Internacional de la Moda de
Madrid también esté atento a cualquier gesto innovador que ocurra
por estos lares, y de ahí la apertura de su 55ª edición, con una
muestra titulada Latinoamérica Fashion, dedicada a mostrar el
trabajo de cuatro profesionales de estas latitudes, elegidos entre
los muchos que se presentaron en los tantos desfiles de otras
tantas Semanas de la Moda llevadas a cabo a lo largo del último
año, en países de la región.
Y para orgullo locatario, justo es reconocer que Uruguay tuvo la
chance de estar representado entre los cuatro seleccionados en
primera instancia, aunque luego las cosas no se dieron y la cita
no pudo ser.
Entonces la pregunta surge sola ¿Cómo es que se pierden oportunidades
como ésta?.
Si la idea es producir, hay que salir y mostrar lo que se hace, tomar
contacto con otros mercados e intentar pegar el salto, que
se sabe es grande y cuesta más de la cuenta.
En lo personal, ir a España, entrar de lleno en un ámbito totalmente dedicado a la moda, con fabricantes que exponen sus productos
a compradores exigentes que saben lo que quieren, tomar
contacto con la prensa especializada, descubrir las nuevas tendencias que comandan la vestimenta en los distintos rincones
del mundo fue aleccionador y sirvió para cargar pilas.
Uruguay debe abrirse a acontecimientos de esta naturaleza. ¿Cómo? Aunando esfuerzos.
“La moda es una cosa de dos duros que sirve para vender todo
lo que ofrece un país”, me dijo el famoso crítico Pepe Reblet y
tiene razón. En su país hace rato que lo comprendieron –él todavía
se queja– y por eso es que las pasarelas son lo que son, con
lo más granado del mundillo español atento a lo largo de varios
días.
Aquí están sentadas las bases. ¿Cuánto más vamos a esperar?
Mientras lo pensamos, un repaso exhaustivo de las páginas dedicadas
a la moda en este número de PAULA puede ir dándonos
la pauta de cuánto más queda para hacer. Disfrútenlo.
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