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LOS NIÑOS CAROS
Primeros pasos, primeros pesos.

PRIMEROS PASOS, PRIMEROS PESOS
NIÑOS DE ORO
Según los pedagogos, la socialización temprana es muy positiva para el desarrollo del niño.
Según los padres, habría que recurrir a un economista para lidiar con las cuentas que supone esa saludable inversión. ¿Cuánto cuesta lanzar al mundo a los más pequeños?

Por Carla Rizzotto.

Vendrán con un pan bajo el brazo, pero los niños hacen temblar la economía doméstica apenas dan sus primeros pasos. Una vez que la familia decide socializarlos, la rendición de cuentas hogareña se complica al instante.
No es para menos: en algunos casos, la cuota mensual de un jardín de infantes duplica el salario mínimo nacional.
Y a eso habrá que sumarle, naturalmente, un sinfín de gastos de acuerdo a las posibilidades de cada casa: materiales, uniforme, transporte escolar, club, idiomas, regalos de cumpleaños para los amiguitos del nene y un largo etcétera.
Los primeros meses del año se prestan a la catarsis colectiva. No por casualidad se escucha reiteradamente a los padres despotricar contra la catarata de gastos que deben afrontar al inicio del ciclo lectivo.
Las sumas de dinero a desembolsar son muchas veces desorbitadas.
Tanto, que buena parte de los entrevistados para este informe pidió expresamente no ser identificada con nombre y apellido.
A los uruguayos, se sabe, siempre les dio vergüenza hablar de plata.
Lo cierto es que hay gente que paga una pequeña fortuna por la educación de niños de tres, cuatro y cinco años. Ya sea en jardines que atienden sólo el nivel inicial, como en instituciones educativas que además ofrecen Primaria y Secundaria, los precios de determinados institutos privados de Montevideo superan la previsión de muchos.
Y teniendo en cuenta que la cantidad de niños inscriptos en la educación inicial privada del país sobrepasa los 27 mil (casi la cuarta parte del alumnado total de esa franja), bien puede afirmarse que esta realidad se multiplica en miles y miles de hogares. P.T. manda a su hijo de cuatro años al St.Andrew’s School, en Pocitos.
El niño, matriculado en el departamento de preescolares de ese colegio, entra a las 9 de la mañana y se retira a las 12 del mediodía.
Por esas tres horas diarias paga una cuota mensual de 6 mil pesos (los materiales están incluidos y el idioma base es el inglés).
Un poco más hacia el este de la ciudad, en Punta Gorda, los precios no varían demasiado: los niños de tres y cuatro años que asisten al Instituto La Mennais abonan 5.300 pesos por mes, a los que hay que sumar una matrícula anual equivalente a una cuota. La estadía diaria, allí, es de cuatro horas.
“La elección del colegio no es fácil y arranca por descartar los que no se pueden pagar.
Para nosotros, los valores son lo más importante, pero la calculadora siempre tiene que estaramano”, dice R.S., un padre que optó por este colegio privado.
Por cierto, desembolsar mensualmente esas cifras en un país donde, según datos del 2008, el 37 por ciento de los cotizantes del Banco de Previsión Social no gana más de 5.832 pesos al mes, y donde el 30,3 por ciento tampoco supera los 12 mil, no es para cualquiera.
Existen muchos institutos educativos cuyas mensualidades se acercan a las arriba detalladas.
Pero también hay otros tantos más baratos. Por ejemplo, el Colegio y Liceo San José de la Providencia, en Belvedere,
 

donde la cuota mensual para los niveles de dos, tres, cuatro y cinco años no supera los 2.300 pesos (con una matrícula anual similar).
“No sólo no puedo costear una cuota mensual de cinco mil pesos para la educación de mis hijas, sino que además me parecen una barbaridad las cifras que se manejan en algunas zonas de la ciudad”, se queja F.G., un padre de tres niñas desconfiado de la ecuación según la cual “a mayor costo, mejor educación”.
En Uruguay, las instituciones educativas privadas son completamente libres a la hora de fijar el precio de sus cuotas: no tienen obligación de adecuarse a topes mínimos ni máximos.
Cada centro se rige por una “cuestión de razonabilidad”, asegura Marcelo Fontana, director nacional de la Asociación Uruguaya de Educación Católica, entidad que junto con la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada nuclea a todos los colegios pagos del país. Según precisa Fontana, los salarios se llevan entre el 70 y el 80 por ciento de los ingresos de una institución, y alrededor del 15 por ciento del alumnado de los colegios católicos recibe becas, mayormente parciales. Los jardines de infantes tampoco están sujetos a una regulación de precios. Basta echar un vistazo a las cuotas que cobran para comprobarlo. En zonas de Montevideo con un nivel socioeconómico medio-alto, como Punta Carretas, las tarifas rondan los 3 mil pesos. Con dos años, la hija de M.P. concurre de lunes a viernes a Snoopy.
Entra a las 8 y media y sale cuatro horas más tarde, tiempo por el que paga 3.500 pesos al mes, sin incluir los materiales y la merienda. “Averigüé en otras instituciones de la zona y la mayoría de los que me gustaban estaban en ese precio, pesos más pesos menos”, explica la madre. Y está en lo cierto. El colegio pre escolar Our Kids (con sedes en Parque Batlle, Carrasco y Pocitos) cobra una cuota mensual de 3.200 pesos por tres horas y cuarto diarias, sin materiales.
Pero no faltan los beneficios: así como otras instituciones ofrecen descuentos por hermano o por pago adelantado de cuotas, este jardín cobra un 15 por ciento menos en el turno vespertino (por lo menos así lo anuncia para el año próximo). Montevideo Kids, en Pocitos, no se aleja mucho de estos precios: 2.800 pesos por mes, sin incluir los materiales. También los hay más baratos. En el mismo barrio hay jardines que no pasan de los 2 mil por mes.Y en Sayago, Los Indiecitos cobra 1.700, más la matrícula anual.

 

Horas preciosas
Atentos a las necesidades de padres y madres que trabajan cada vez más, los centros de educación inicial comenzaron a extender sus horarios, al punto de ofrecer servicios de hasta diez horas al día. Por ejemplo, el jardín Osos Gommi, de Parque Rodó, destaca en su aviso publicado en las Páginas Amarillas que el instituto abre sus puertas de 7.45 a 19.30. “Son pocos los alumnos que vienen por el horario mínimo. La mayoría permanece durante seis o siete horas diarias”, señalan desde este instituto, que cobra 2.920 pesos por cuatro horas y 4.775 por el horario completo. Hay padres que ven encarecer su presupuesto porque no tienen otra opción.
El hijo deT.R. pasó al nivel Lower (cinco años) del St. Brendan’s School, y obligatoriamente debió aceptar el doble turno establecido por el colegio de Punta Carretas. Ahora va de 8.15 a 16.30. “Cada año es un poco más caro”, sintetiza la mujer, que actualmente desembolsa 7.500 pesos mensuales por la educación bilingüe de su hijo. Lo mismo sucede en el Liceo Francés, ubicado en Buceo, a partir de los 4 años, cuando los padres deben decirle au revoir al medio horario y pagar unos 8 mil pesos al mes por siete horas diarias, además de abonar una matrícula anual que ronda los 2.300 pesos.
A la lista hay que agregar el St.Andrew’s, donde aplican la modalidad de doble turno cuando los niños ingresan al nivel Kindergarden (5 años), considerado como parte de la etapa de Primaria Inicial.
En esta fase, los alumnos deben abonar una cuota cercana a los 12 mil pesos mensuales.
En todo el espectro, los horarios se extienden y la edad se ingreso se acorta. Para muestra, un botón: por decisión institucional, el jardín Pegaso (Buceo) había determinado no aceptar bebés, pero debido a la gran demanda de los padres optaron por incluirlos nuevamente entre el alumnado. “Al poco tiempo del nacimiento del niño, muchas madres tienen que regresar al trabajo. Si no cuentan con la ayuda de alguien, deben recurrir sí o sí a un jardín”, aseguran desde el centro y enseguida agregan que lo ideal es que la iniciación escolar comience a los nueve meses.
“No ocho horas, pero sí un rato para empezar a interactuar con otros niños y aprender a compartir”. María Inés Gil, consejera de Primaria y especializada en Educación Inicial, defiende con uñas y dientes la primera etapa educativa.
“Desde las neurociencias, las investigaciones señalan que el período que va desde el nacimiento hasta los seis años es el de mayor crecimiento del individuo.
Cuanto mayor estímulo reciba el niño en esta etapa, mayor será su desarrollo neuronal. Un individuo no nace inteligente, se hace. Nace con un potencial que es necesario desarrollar desde las más tempranas edades”.
Y desde otras filas, los economistas uruguayos Alejandro Cid y Fernando Borraz llegaron a conclusiones similares tras el estudio que llevaron a cabo: el 40 por ciento de los niños de entre 7 y 15 años que no tuvieron acceso a la educación inicial repitieron de año por lo menos una vez.

¿Quién Los cuida?
Atrás quedó el tiempo en que bastaba con un llamadito telefónico para contar con el auxilio de los abuelos, muchos de los cuales hoy trabajan o, por el contrario, quieren independizarse de esos trotes y dedicarse a otras actividades.
Los padres que pueden optan por contratar una empleada, por la que hoy se paga entre 5 y 8 mil pesos mensuales, dependiendo si es con cama o con retiro.
“La señora que trabaja en casa apareció con la llegada de mi hija”, señala F.J., que asegura no ganar mucho más que lo que le paga a la mujer. Resolvió contratar a una persona después de haber tenido que abandonar su puesto de trabajo (lo que le valió el descuento correspondiente) para ir corriendo a buscar a su hija al jardín un día que no se sentía bien. Como detalla la directora nacional de empleo, Sara Payseé, no existe una ley que ampare a los padres en caso de emergencia o enfermedad de los hijos.
Los empleados públicos tienen tres horas mensuales que pueden usar para este tipo de ocasiones, pero los privados no gozan de este beneficio, todo “depende de la voluntad del empleador”.
Bolsillos ejercitados
Como si todo esto fuera poco, no faltan los especialistas que sugieren que los niños se inicien en el deporte lo antes posible.
No es de extrañar, entonces, que la mayoría de los grandes clubes tengan áreas especialmente preparadas para los bajitos, ni que los padres se entusiasmen con la idea de pagar otra cuota en beneficio del nene.
En promedio, las mensualidades de los clubes bien instalados cuestan unos 800 pesos, y muchos cobran unas generosas matrículas.
En Villa Biarritz, Biguá ofrece gimnasia y natación para niños que ya cumplieron los dos años y medio, y minitenis a partir de los cuatro.
La cuota mensual para realizar cualquiera de estas actividades es de 900 pesos, aunque hay que sumar una matrícula única de 4.500 pesos para asociarse al club.
Promociones tales como descontar la mitad de la matrícula en caso de adelantar el pago equivalente a un año de cuotas, entre otras, intentan suavizar el impacto. A diferencia de lo que sucede con los colegios, en el caso de los clubes el barrio no influye demasiado en el valor de las cuotas.
En el Prado, el Urunday Universitario cobra 870 pesos mensuales (para asistir libremente todos los días), mientras que en Ciudad Vieja, los niños que van al Neptuno pagan 820 pesos por mes por concurrir tres veces a la semana.
En ninguno de estos casos se cobra matrícula. Un ejemplo más: el Olimpia (en Colón), pide 720 pesos por tres clases semanales, con una matrícula única de 500 pesos.
Otra opción es la Asociación Cristiana de Jóvenes, donde muchos padres decididos a ahorrar billetes encuentran una fórmula mixta tentadora: desde el año y medio, los alumnos que asisten al instituto educativo que funciona en la sede Centro (hay otro en Portones) tienen educación física incluida.
La cuota de jardín y preescolar cuesta 2.970 pesos por cuatro horas diarias, con derecho a gimnasia y natación entre dos y tres veces por semana, según la edad.
 

Contratadas por separado, esas mismas actividades deportivas cuestan 1.360 pesos al mes, más una matrícula única de mil.
Para la profesora de Educación Física Ana Inés Trías, que trabaja con preescolares, inculcar el deporte en los pequeños es una excelente inversión.


“La recreación es vital en los más chicos; entonces, cuanto antes empiecen, mejor”. Por sobre los beneficios físicos, la experta antepone el “factor socializador y reforzador de autonomía” que imprime la actividad física en los niños. Entre las principales bondades, Trías cita la generación de una mayor capacidad para desenvolverse en la vida y desarrollarse física y mentalmente, además de lograr un impacto positivo sobre la autoestima.
Así como se expande la búsqueda de una estimulación deportiva desde la infancia, también se extiende el furor por la enseñanza de idiomas a edad temprana.
Este boom, con el inglés a la cabeza, no es novedad. En un sinfín de colegios y jardines, la enseñanza del idioma de Shakespeare le saca ventaja al resto de las asignaturas. Pero hay otros que ofrecen este servicio con una cantidad insuficiente de horas, a criterio de los padres, o que directamente no lo incluyen en su propuesta educativa, como en el caso de los públicos.
Así las cosas, muchos institutos privados de idiomas atienden esta demanda abriendo cursos para los más pequeños.
El London Institute, por ejemplo, tiene una clase creada para niños de 4 años.

 

Cuesta sus pesitos: dos veces por semana, una hora cada vez, 900 al mes.
Más una matrícula anual, of course, que en este caso cuesta 500 pesos.

Gastos sin fin
Ojalá el recuento de gastos terminara con la cuota del jardín, del gimnasio y de la academia de idiomas. Pero lamentablemente no es así.
La escolaridad y la socialización del niño suponen otros desembolsos.
El transporte escolar es uno: el precio de llevar y traer a un niño a la escuela ronda los 1.500 pesos, aunque siempre depende de cuán lejos quede el instituto de su casa.
¿Y si los padres tienen auto? OK, pues entonces sabrán que no pueden usar eternamente la misma sillita.
Hasta los nueve meses se las arreglan con una baby silla, pero luego tienen que pasar a un alzador o una butaca, los cuales se cotizan en un promedio de 55 y 150 dólares respectivamente.
El uniforme es otro rubro imposible de esquivar: si alcanza con una túnica de jardinera y una bolsita (cuestan 119 pesos en Tienda Inglesa) no hay de qué preocuparse, pero si no queda otra que respetar la indumentaria de determinada institución, el panorama cambia.
Pruebas al canto: una madre de Carrasco gastó, para el uniforme de un jardín privado, 350 pesos en la túnica, 560 en un buzo, 250 en la remera con el logo del colegio y 400 en un jogging.
¿Y la ropa para salir?
En los shoppings, los locales de vestimenta infantil venden vestidos de pana a 1.200 pesos y camperitas a 950, cifras que no distan demasiado de las fijadas para talles más grandes.
En la feria, claro, los precios bajan bastante, aunque tampoco guardan relación con lo que cuesta la ropa de adultos: una remera infantil vale 250 pesos y un pantalón trepa a los 450, por cortito que parezca.
¿Desesperados?
Mejor será mantener la calma: en general, a mitad de año todo sube un 10 por ciento.


La oferta Pública
Unos 82 mil niños de entre tres y cinco años están inscriptos en la educación pública uruguaya, lo que representa al 75 por ciento del alumnado total del país en este nivel inicial. La oferta educativa estatal es variada, ya que atiende una gran heterogeneidad de situaciones, detalla la consejera de Educación Primaria, María Inés Gil.
Existen jardines de tiempo simple (cuatro horas) y completo (ocho), además de los mixtos (sólo un turno pero con el adicional de almuerzo o merienda).
Todas las acciones públicas en materia de educación apuntan a la universalización del sistema desde los tres años de edad. Un paso importante se produjo a partir de la obligatoriedad de concurrir a la escuela desde los cuatro años, implementada este año lectivo.
Si bien se incorporaron así 6 mil nuevos alumnos, aún se trabaja en la creación de cargos y construcción de jardines para alcanzar la meta.
Tal como fueron concebidos, los jardines de infantes que dependen de la Administración Nacional de Educación Pública están preparados para recibir niños de tres, cuatro y cinco años.
El segmento menor de edad está cubierto por los centros CAIF, diseñados para niños a partir de los 45 días y hasta los tres años. Son gratuitos, brindan alimentos a los pequeños y trabajan en estrecha relación con sus familias.
 
     
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