Para
empezar, ¿cómo saber si en casa hay un niño
índigo?
-Un niño Índigo es una persona más adulta
de lo normal, muy exigente consigo mismo y con los demás,
que hace cosas que los adultos no consideramos de su edad. Es
un niño que desafía la autoridad, rompe moldes y
esquemas, pregunta el por qué de todo. Puede padecer alergias,
muchas veces tiene problemas para prestar atención, y se
aburre con facilidad cuando algo no le interesa; del mismo modo,
capta la información muy rápido cuando algo le interesa.
Por lo general está diagnosticado con ADD (Attention Deficit
Disorder) o ADHD (Attention Deficit Hyperactivity Disorder). Esas
son algunas de las características que describo en mi libro
Niños índigo. La nueva vibración.
-
¿Cómo distinguir entre un niño índigo
y otro que simplemente padece un déficit atencional?
- Hay algunos niños índigo que tienen ADD y otros
que no. Yo los relaciono por una simple razón: los niños
índigo que no tienen ADD no se hacen notar mucho. En cambio
los que tienen ADD sí se hace notar. Un niño así
nunca estará quieto en clase, va a preguntar cosas y a
molestar todo el tiempo. Por eso hablo tanto del ADD. La mayor
parte de los padres y educadores que se acercan en busca de soluciones,
vienen buscando soluciones para niños con ADD, no para
niños que están tranquilos.
- Usted dice que un niño Índigo desafía la
autoridad y se distrae en clase si algo no le interesa. ¿No
son así todos los niños?
- Sí. Ahora mismo, el 90 por ciento de los niños
tienen un gran porcentaje de Índigo. Y el resto, por el
solo hecho de estar en contacto con aquellos, se contagia de su
energía, que también se puede llamar frecuencia
o vibración Índigo. Yo prefiero hablar de energía
para que todo el mundo entienda. Tanto los padres que están
dentro de la espiritualidad como los que no. También hablo
de la educación, porque a través de la educación
la gente se abrirá a la espiritualidad y realizará
la misión de cada persona.
- ¿Qué tienen que ver el aura y la espiritualidad
con esta generación de niños? Hasta ahora, la definición
que usted da de un niño Índigo, no parece exceder
las características de un niño común y corriente...
- Justamente, a esta altura parece común, pero cuando
yo era niño, había muy pocos niños así.
Actualmente, la mayoría de los niños son rompedores,
quieren cambiar cosas; eso es muy Índigo. Pero hace treinta
años, los niños eran mucho más apacibles.
Yo soy un Índigo adulto, y entre cuarenta compañeros
de clase, los que teníamos esas características
no éramos más de cinco. Hoy, en una clase de cuarenta,
hay un mínimo de veinticinco o treinta niños con
esas características. En cuanto a su pregunta, el aura
está demostrando la frecuencia y el tipo de energía
que tiene una persona.
Un estudio áurico-de los que ahora se hacen por computadora-
revelará su energía, porque estudiará su
campo electromagnético. Se le puede mirar el campo electromagnético
a una mesa, a un libro, a cualquier cosa, persona, o animal. Y
esto se refleja en colores. Los niños Índigo tienen
el aura color azul cobalto. Es un azul oscuro con algo de morado.
Y se les llamó índigos simplemente por eso.
- ¿Y de qué color es el aura de las personas corrientes?
- Hay mucha gente con aura morada, pero depende de la persona.
Yo no soy especialista en eso, pero la cámara Kirllian,
que fotografía auras, tiene más de treinta años.
Ahora hay un nuevo sistema computarizado que muestra el aura con
sólo poner los dedos en una máquina.
- ¿Y cómo llega a la conclusión que un 90
por ciento de los niños del mundo son índigo?
- Son las cifras que se están manejando. Yo lo compruebo
al dar las clases, al ir a los parques, al ver a los hijos de
mis amigos. Veo un porcentaje de niños Índigo muy
alto.
- ¿Usted puede ver el aura?
- Puedo notarla, ver su frecuencia. Imagínese que entra
en una habitación oscura. Al principio no ve nada, porque
no está acostumbrada a esa frecuencia. A los quince segundos
empieza a ver más, a ver una frecuencia que normalmente
no veía. Lo que tiene a su alrededor es un campo electromagnético
que debe aprender a ver. Para eso se usa una técnica que
se llama visión aural. Hay una página web (www.cibernatura.com)
que enseña esa técnica, que hace que los ojos se
vayan acostumbrando a percibir frecuencias que no vemos normalmente
- ¿Cómo definiría a los niños que
no son Indigo?
- Hay niños que son super síquicos, niños
muy especiales. Pero creo que todos los niños son especiales.
Si tira en una piscina unas gotitas de agua azul, todos los que
estén allí quedarán azules. Del mismo modo,
la energía Índigo es una energía muy fuerte.
Toda persona, quiera o no, se impregna de ella.
- Considerando que según usted esos niños tendrían
una misión especial en la Tierra, ¿todo esto tiene
algún punto de contacto con alguna religión?
- No. Para mí, cada persona viene con una determinada misión
espiritual. Yo trato de crear plataformas de apoyo para padres
y educadores, y guiarlos a nivel educativo. No es ninguna secta,
ningún movimiento, ni yo soy ningún gurú.
Para mí, ser Índigo es una característica,
y se puede actuar en consecuencia tanto a nivel espiritual como
personal.
- ¿Qué cambiaría en el sistema educativo
para adaptarlo a esta nueva generación de niños?
- Deberíamos empezar desde cero. Voy a hacer una pequeña
alegoría. Imagínese que tiene una semilla de naranja,
otra de mandarina, otra de pera, y otras cuarenta distintas. Las
mete todas en el mismo invernadero, les da la misma agua, el mismo
abono y el mismo sol. ¿Qué pasa? Una se muere, otra
crece mucho, otra crece débil, otra torcida. Lo que ocurre
es que cada semilla necesita un cuidado especial. Lo mismo ocurre
con los niños y la educación. No todo necesitan
lo mismo.
-¿Y cómo aplicaría eso a una clase de
cuarenta niños?
- La educación es todo un reto. Si yo le pregunto qué
tanto recuerda de lo que aprendió en el colegio, me dirá
un 5 por ciento. ¿Qué ha pasado con los demás
conocimientos? Se han ido, se han evaporado. Hay que crear una
educación basada en las necesidades del niño, en
lo que quiere hacer ese niño. Debería haber clases
con menos alumnos, con más actividades físicas y
visuales. Claro, eso sería más laborioso para los
profesores, pero si cambiamos la base de la educación,
podremos cambiar la sociedad.
- ¿Y si hay tantos niños índigo, por qué
ese cambio social no se dio antes?
- Siempre ha habido personas que rompieron los sistemas, que han
tenido cierta energía Índigo, pero no todo el que
ha sido un innovador ha sido un Índigo. Hay gente que dice
que Leonardo da Vinci era un Índigo. Pues no lo sé.
Lo que sí sé, es que la energía que hay ahora
es la energía Índigo. Hay muchos cambios a nivel
físico y planetario.
El planeta está cambiando, evolucionando. Yo siento que
debo trabajar en educación porque hay niños con
nuevas características e inquietudes, y eso es una excusa
perfecta para cambiar la sociedad. Todos son ciclos, como la primavera,
el verano, el otoño y el invierno. No es que antes no hubiera
niños Índigo, sino que han ido creciendo paulatinamente.
Su objetivo es cambiar la sociedad para que venga otro tipo de
niños a cambiar el planeta. Esta evolución es para
llegar a algo nuevo: los niños cristal.
- Antes de pasar a ellos, ¿quién habló
por primera vez de los niños Índigo?
- Nancy Ann Tape, una norteamericana que en la década
de los 80 escribió un libro llamado Understanding your
life Through Color.
- ¿Cómo cambió su vida descubrir que usted
era un niño índigo?
- En nada. Yo tenía que seguir con mi vida. Hay muchas
personas que encuentran en ello una razón de ser. Para
mí fue parte del proceso normal de mi vida.
- ¿Recorre el mundo hablando de este tema y presentando
libros, y dice que no le cambió la vida?
- Es que siempre he estado en movimiento. He vivido en varias
ciudades, he cambiado de casas y de trabajo muchas veces. Estoy
acostumbrado a los cambios.
- Finalmente, supongamos que alguien detecta que su hijo es
un Índigo. ¿Qué debe hacer?
- Lo más importante es pasar tiempo con él. En la
sociedad actual, los niños pasan con los padres muy pocas
horas a la semana. Al niño le falta muchísima atención
de sus padres.
El tiempo que les dedican a sus hijos es de una calidad muy diferente
a la que ellos requieren. Después deben ver qué
puedan hacer para enfocar la ansiedad de los niños.
Y darles de comer con poco azúcar. Los niños Índigo
tienen un nivel fuerte de energía, no necesitan mucha azúcar.
Es bueno recurrir a colorterapia, la meditación, las visualizaciones,
y los masajes. O se les puede leer un cuento con música,
hablar con ellos cuando llegan del colegio, compartir más
tiempo.
En caso de no hacer esto, el niño se va a convertir
en una persona muy para adentro, poco sociable. Están llamando
la atención para tener amor, y si no encuentran respuesta,
van a llamar la atención de cualquier forma posible, incluso
con agresividad.
- ¿Y qué pasa después de esta generación
del niño índigo?
- Viene una generación mucho más amorosa y no rompedora:
el niño Cristal. Simplemente vendrá a dar paz y
amor.
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