Territorios Explosivos
–¿Prefiere llamar al conflicto de Medio Oriente palestino-israelí o árabe-israelí?
–El conflicto es árabe-israelí, sin él el conflicto palestino-israelí no existiría. En la actualidad, los árabes se preocupan de que no haya una solución al conflicto con los palestinos. Por ejemplo, en el Líbano, que es uno de los países árabes más democráticos, impiden que los palestinos estudien, compren tierras y se integren a la sociedad; los mantienen como parias. Hacen eso para que los 400 mil palestinos que están en el Líbano sean una especie de reserva, de leña para avivar a las fogatas. Del sufrimiento palestino no sólo es culpable Israel, creo que más culpable es el mundo árabe, porque el problema no hubiera existido si los árabes hubiesen aceptado en el año 1947 la creación de los dos Estados.
–¿Para usted cuál es la solución ideal al conflicto?
–Es sencilla, conocida y pasa por la creación de un Estado Palestino que vive en paz al lado de Israel. Sería el estado árabe más progresista del mundo.
–En esa solución ideal, ¿cómo resolvería el polémico problema de los refugiados palestinos?
–Los refugiados no pueden volver a Israel porque hay que ir al origen de la solución: la de un Estado de Israel con mayoría judía y la un Estado Palestino con mayoría árabe. Hasta ahora vemos que los palestinos no quieren tener a ningún judío dentro de su territorio, lo que también es una asimetría porque el veinte por ciento de los ciudadanos israelíes son árabes. Cuando Israel ocupa la Cisjordania, ésta no era territorio palestino, sino que pertenecía a Jordania. Israel atacó esa parte porque el rey Hussein se sumó a Nasser en la guerra de los Seis Días. Entonces Israel liberó a Cisjordania de la ocupación jordana. Ese territorio no fue reivindicado como palestino. Israel comenzó a crear sus asentamientos como medida de seguridad para defenderse de los árabes. Después de la primera Intifada, que yo la considero positiva, el movimiento palestino define su identidad nacional. Pero la vuelta de los refugiados es tan injusta como decir que los judíos tienen derecho a volver a los territorios de Cisjordania porque en el periodo bíblico esas tierras estaban pobladas por judíos. Israel aceptó a través de Barak devolver toda la Cisjordania, levantar los asentamientos e incluso aceptó la partición de Jerusalem. Cuando Arafat pidió que volviera la población palestina que está en el exilio, era como querer destruir Israel con una nueva arma que es la demografía.
–En una columna de opinión en el diario La Nación de Argentina usted afirmó que se debería “bailar de alegría” ante la construcción del controvertido muro que está realizando el gobierno de Ariel Sharon. ¿Es consciente que sus palabras pueden no llegar a caer bien en ciertos sectores?
–Se ha creado una falsa definición. En verdad no es un muro, sino una cerca. Ese muro fue propuesto por la izquierda de Israel para definir cual es nuestro territorio. La derecha no lo quería, porque eso significaba que muchos asentamientos quedaban en territorio palestino, desprotegidos y hay que mandar tropas todos los días para defenderlos. Por eso los palestinos deberían saltar de alegría. Israel está acusado de ser un país expansionista cuando en verdad estamos diciendo: “aquí está el muro, aquí nuestra tierra y el resto es territorio palestino”. Les estamos dando prácticamente toda Cisjordania.
–¿Qué opinión tiene sobre el Primer Ministro Ariel Sharon?
–A mí nunca me gustó. Creo que Sharon no hubiera sido nunca Primer Ministro sino hubiera sido por Arafat y la Intifada. Como militar puede ser bueno, pero diplomáticamente es deficiente, tarda mucho en tomar inicitativas de paz. Tiene una imagen muy negativa en el mundo y eso desfavorece a Israel.
–Usted escribió que los palestinos perdieron muchas oportunidades para lograr la paz, ¿Israel perdió alguna?
–Sí. Después de la conferencia de Khartún convocada por Nasser donde escribió los tres no: no a la negociación directa con Israel, no a su reconocimiento y no a la paz. Israel, ante semejante respuesta, dijo: nosotros dominamos el Sinaí, el Golán, Cisjordania y Gaza y seguimos acá hasta que ellos cambien de opinión. Ese fue el gran error. Israel debería haberle dicho a los árabes que estaban dentro de nuestro territorio –los palestinos– que le íbamos a dar lo que los países árabes no le dieron nunca: respeto, dignidad e independencia. El gobierno no avanzó en ese sentido.
–¿Eso hubiera cambiado la historia?
–Sí. Pero no la vieron, no se la imaginaron, porque hasta ese momento los palestinos eran seres irrelevantes, habían sido una población ocupada por Jordania y Egipto a la cual no le daban importancia.
–La mayoría de los países árabes fueron “inventos” de los ingleses y franceses ¿son esos países responsables de lo que sucede hoy en día?
–Sí, lo son. Eso que es poco recordado por la gente es lo que determinó la confusión israelí. Los árabes de Israel o de Palestina son árabes iguales a los jordanos y a los sirios; no tienen diferencias. La identidad nacional palestina es el reflejo de la identidad nacional israelí. El Estado Palestino es producto de la existencia de Israel, porque nunca antes había existido. Incluso en 1922 nacionalistas sirios, en su mayoría cristianos, dijeron que Palestina era un invento sionista.
–¿Cree que el conflicto tendrá una solución a mediano plazo o será eterno?
–Creo que va a tener solución y vendrá, posiblemente, por las modificaciones que se están dando en todo el tablero del Medio Oriente. En Irán hay un proceso que |