Dice la
sabiduría popular que la buena fortuna consiste en estar en el
lugar justo, en el momento justo. Con su arsenal de conocimientos milenarios,
la astrología, disciplina que estudia la relación entre
la esfera celeste y los acontecimientos terrenales, puede determinar
la circunstancia ideal para llevar adelante un proyecto, iniciar una
relación sentimental, abrir una empresa, o cultivar un tomate.
Así de simple, según los expertos.
¿Ciencia, doctrina, creencia, adivinación, conocimiento
esotérico, disciplina, base de datos, o arte conjetural? ¿Quién
se anima a ponerle el cascabel al gato?
Para los astrólogos modernos, existe una relación indefectible
entre destino y carácter. La idea básica es que la posición
de los astros en el momento exacto del nacimiento de una persona, animal,
país, empresa, o cualquier otra entidad, tiene gran influencia
sobre su personalidad, salud y destino en general. Esa influencia de
las fuerzas cósmicas que irradian los cuerpos celestes sobre
el carácter humano es lo que los astrólogos analizan a
través de la carta natal
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"Nada
funciona al azar. El Universo y nuestras vidas tienen una estructura
y un orden que algunas culturas llaman destino, otras karma. No
se trata de un camino que seguimos como autómatas, sino de
un ordenamiento hacia las experiencias que tenemos que transitar",
aclara Pedro Barbot, miembro y docente de la Fundación Astrológica
de Montevideo, inaugurada el pasado 2001.
Lo primero que estudiaron los astrólogos fue el influjo de
la luna sobre las mareas, la agricultura, y las emociones humanas,
pero hoy la práctica de la astrología se extiende
a múltiples áreas.
La astrología biológica, por ejemplo, estudia la influencia
de las configuraciones celestes sobre la germinación, el
crecimiento y la fertilización de las plantas. En Alemania
existen investigaciones relevantes sobre la incidencia lunar en
el desarrollo de los vegetales y el control de plagas. |
"Plantas
que crecen y dan fruto por encima de la superficie de la tierra deberán
ser colocadas o sembradas ya sea con la luna creciente o con la luna
descendente. Las plantas cuyas hortalizas crecen bajo la tierra prosperan
cuando son plantadas con la luna menguante", se lee en el libro
Influencia de la Luna, de los alemanes Johanna Paungger y Thomas Poppe.
Según estos expertos, para sembrar tomates es preciso elegir
un día propicio para los frutos: Aries, Leo o Sagitario. Asimismo,
las verduras de hoja como espinacas o acelgas se desarrollarán
mejor si se siembran un día de hoja: Cáncer, Escorpio
o Piscis; mientras las lechugas se verán beneficiadas por la
luna menguante.
"La presencia de la luna es tan importante, que los árboles
se cargan de sabia en determinada fase y, si se cortan en ese momento,
su madera resulta inútil", explica el uruguayo Horacio Campodónico,
investigador, miembro fundador y docente de la Fundación Astrológica
Montevideo.
Por su parte, la astrología meteorológica -o astrometeorología-
investiga la relación entre las posiciones astrales y los imperativos
climáticos; la mundial relaciona a los gobiernos y las decisiones
políticas de los países; la empresarial provee conocimiento
táctico, estratégico, y financiero a las empresas; la
eleccional escoge el momento astrológico favorable para un propósito
determinado, desde abrir una empresa o contraer matrimonio; y la médica
se refiere a la salud del individuo a través de la carta astral.
Para esta vertiente de la astrología, existe una relación
de polaridad que rige la salud humana. Por ejemplo, un nacido en Aries
puede enfermar en partes del cuerpo regidas por el signo opuesto, Libra.
"La astrología médica estudia las enfermedades que
pueden desarrollarse en determinados periodos de la vida, independientemente
del signo. Por ejemplo, la hipertensión arterial está
relacionada con el Sol, Marte y Júpiter, cuando se encuentran
en ángulos inarmónicos. Eso no tiene importancia a los
diez años de edad, pero si a los cincuenta", dice el astrólogo
uruguayo.
Por otra parte, los franceses han investigado que algunas enfermedades
degenerativas corresponden a aspectos inarmoniosos entre la Luna y Plutón.
"Esta configuración da un carácter muy tenso a las
personas, que guardan heridas emocionales durante largos años
sin poder resolverlas", explica Campodónico.
¿Ingobernabilidad astral?
Una de las ramas más antiguas es la astrología mundial
o política, que estudia las grandes conjunciones planetarias
cuando un país nace y qué le puede suceder a ese grupo
humano. "Hay épocas que implican mayor tensión, riesgo
y conflicto de intereses", advierte Campodónico. En astrología
política, el carácter general de un país y sus
posibilidades futuras quedan reflejados en el instante del nacimiento
de una nación, que generalmente coincide con el de su independencia
política. "En el caso de Uruguay, para calcular su carta
natal se toma la Declaratoria de la Independencia del 25 de Agosto de
1825, a las 19.27 horas en la ciudad de Florida. En nuestro caso, el
sol de Uruguay queda ubicado en el signo de Virgo y el ascendente en
el signo de Piscis. Teniendo en cuenta que el sol está conjunto
a Júpiter, siendo éste el ordenamiento jurídico,
y el sol el poder político, permite que el país tenga
una estructura democrática mucho más estable que la de
otros países de la región. Como contrapartida, sobredimensiona
la actividad política, transformándola en eje central
del país y anulando otras facetas. A su vez, la luna, que representa
al pueblo en su totalidad, está en Acuario, que es el signo de
la independencia y la rebelión. Eso hace a la mayoría
de los uruguayos ingobernables, como dijo un presidente del siglo XIX.
Hay una tendencia anárquica fuertemente individualista donde
cada uno cree tener la solución a los problemas", sostiene
Campodónico.
¿Y
qué conjunción de astros produjo el cataclismo mundial
del 11 de Setiembre?
"Saturno opuesto 180 grados a Plutón. Para la astrología
política, Plutón se relaciona al terrorismo, mientras
que Saturno se vincula a las estructuras materiales y físicas,
como edificios y casas. Históricamente, esa posición
corresponde a hechos socialesviolentos", asegura Campodónico.
Por su lado, una de las ramas más recientes es la astrología
bursátil, nacida en la Europa del '20 a instancias de un
notable astrólogo que predijo el crack económico del
'29. "Se ha desarrollado mucho en grandes mercados financieros
como New York, París, Milán y Tokio. Trabajan en forma
de pequeñas empresas que cuentan con un especialista en la
bolsa, un analista económico y un astrólogo especializado.
Son empresas totalmente cerradas que no brindan ningún tipo
de información más que a sus clientes", deja
saber Campodónico. Por extraño que suene, en Italia
y Estados Unidos hay empresas que piden la carta astral a quienes
se postulen para trabajar en ellas.
Por su parte, la astrología genetlíaca focaliza en
el momento de nacimiento, donde se supone se hallan las principales
claves de la vida de una persona, mientras la astronomía
horaria puede responder a cuestiones más puntuales del tipo
¿viajar o no viajar? |
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En manos
de un profesional formado en sicología, la astrología
puede servir para distintas terapias y reconoce aplicaciones en materia
vocacional. "Muchos padres consultan cuando llega el momento de
tomar una decisión con respecto a la carrera universitaria de
sus hijos", cuenta Campodónico.
Dime qué consultas...
Hoy es posible hacerse una carta natal, kármica, infantil o vocacional,
una carta sobre la pareja o bien comparar los mapas astrológicos
propios con los de otras personas para establecer posibles afinidades
o conflictos. "El planteo más interesante es cuando una
persona pregunta qué sentido tiene su vida. Esa es la pregunta
fundamental. Si podemos responderla, todo lo demás se ordena
automáticamente a partir de esa respuesta", añade
Campodónico.
Los motivos de consulta son variados y dependen básicamente de
las edades y del sexo. "Los más jóvenes quieren saber
qué tipos de estudios o de orientación profesional les
resultará más conveniente. Los hombres se orientan más
hacia sus posibilidades laborales o económicas. En este terreno,
el tema desempleo o la inestabilidad laboral, ha ido tomando más
importancia en los últimos años. En las mujeres, el centro
de interés sigue siendo su relación de pareja, pero cuando
ya son madres, el interés por sus hijos y la forma de orientarlos
o de relacionarse mejor con ellos cobra mayor importancia".
¿Qué tanto influyen los astros?, se preguntarán
aquellos ajenos a estos asuntos. "Hay quienes dicen que la influencia
de los astros es simbólica y quienes opinan que es directa. Yo
creo que no hay contradicción entre los dos términos.
Hay una influencia física, como se ve en las mareas, y otra más
sutil que tiene que ver con los cambios en el estado de ánimo.
Eso está probado, no por la antropología sino por la Policía:
los picos de criminalidad aumentan según los ciclos de la luna",
asegura Campodónico antes de citar estudios desarrollados en
Miami, New York y Londres según los cuales en luna llena y nueva
hay un aumento de los delitos violentos, crímenes, robos con
violencia y violaciones.
Otras teorías nacidas en la Europa Medieval dicen que la luna
determina el sexo de los niños. Un gran astrólogo de principios
del siglo XX, Paul Choisnard, investigó la herencia astral pensando
que si existe una herencia genética debe existir una correspondencia
en este plano.
Estudios sobre deportistas y científicos llegaron a resultados
sorprendentes: tomando enormes bases de datos se comprobó que
en los deportistas más sobresalientes la posición del
planeta Marte era significativa en ciertos puntos de la carta natal,
mientras que para los científicos, Saturno -que se relaciona
con la seriedad, la perseverancia y el método- era preminente.
"Recordemos sólo dos casos de deportistas notables: en Argentina,
Diego Maradona (30/10/1960), con Marte cercano al Medio Cielo; y en
Estados Unidos a O.J. Simpson (9/7/1947) con idéntica posición
de Marte elevado. En ambos casos, su excepcional capacidad deportiva
los colmó de honores, pero el carácter agresivo, también
relacionado con Marte, les trajo a los dos importantes problemas con
la Justicia", sentencia Campodónico.
En tren de sumar otras hipótesis de cuño astrológico,
se dice que los niños que nacen en el cono de sombra de un eclipse
tendrán importantes problemas síquicos y/o físicos
por estar privados del sol a la hora de su nacimiento.
Los astrólogos enseñan que la influencia comienza al nacer
y continúa hasta la muerte. En el mapa natal quedan grabadas
para toda la vida potencialidades, aptitudes, debilidades y defectos
del carácter de la persona. En términos generales, se
considera que Júpiter es un planeta altamente benéfico,
al igual que Venus, la luna y el sol. "Si Júpiter se encuentra
cerca del sol la persona dispondrá de un gran caudal de energía,
tendrá una visión optimista del mundo, y una fortuna suplementaria
que le ayudará a pasar toda clase de situaciones con mayor comodidad",
sostiene Campodónico. Los aspectos negativos están relacionados
con aquello que limita u obstaculiza, como Saturno.
El escritor uruguayo Aldo Mazzucchelli, también integrante de
la Fundación Astrológica, sostiene que tanto los astrólogos
como los "artistas verbales" buscan construir analogías
y encontrar semejanzas, dos mecanismos clásicos en la construcción
de metáforas. Por ejemplo, en astrología Marte se liga
con el color rojo, luego con sangre, violencia, heridas, guerra, hierro,
valor, riesgo, músculos, voluntad, masculinidad. Para una mentalidad
predominantemente científica o racionalista, a menudo todo esto
carece de sentido. "El problema más estentóreo para
una cauta y culta mentalidad occidental actual es que, cuando uno se
interroga acerca de qué es lo que el método astrológico
pretende conocer, la respuesta se resume en cuatro letras: todo. Se
puede hacer la carta natal de una persona, de un pollo, de una nación,
de un equipo de fútbol, de un matrimonio, del lanzamiento de
un cohete interplanetario o del clon de un dromedario. Para la astrología
todas y cada una de esas cartas, si están levantadas en el momento
exacto y razonablemente identificable como el del nacimiento de esas
entidades, revelarán algo muy esencial acerca de cómo
éstas son, y de cómo se desarrollarán", asegura
Mazzucchelli.
"Si la leemos desde otro punto de vista, la astrología se
puede entender como un camino de iniciación espiritual, como
una búsqueda de respuestas. La meta en este caso sería
el mejoramiento espiritual, trabajar sobre uno mismo más que
sobre lo que hay que transmitir o descifrar; escarbar en el alma humana
para ver algo de lo que permanece oculto; y ver el mundo como lo podían
ver los antiguos: poblado de signos", dice Luis Vidal, antropólogo,
director de teatro y aficionado a la astrología a través
del estudio de los mitos.
Después de tantas definiciones, cabe preguntarse si la bóveda
celeste influye en todos por igual. "No. Una persona con un gran
control de sí misma, y una buena dosis de autoconocimiento puede
anular procesos de influencia negativa. Un aborigen australiano y el
Dalai Lama no van a funcionar igual bajo la misma bóveda celeste,
de la misma manera que una persona con un capital importante puede aguantar
mejor una crisis económica que otra sin un fondo de reserva",
resume Campodónico.
Un poco de historia
"Utilizando un lenguaje moderno podríamos decir que la astrología
es una enorme base de datos que tiene cinco mil años. Es el primer
sistema caracterológico que intenta explicar las diferencias
de carácter de los seres humanos en relación a las posiciones
de los astros y al movimiento celeste, en base a una experiencia milenaria",
dice Campodónico.
Producto de una lenta y paciente observación, la astrología
es el arte de interpretar esa afinidad cósmica.
El Hombre se ha preocupado por el efecto del cosmos en su vida desde
hace por lo menos cinco mil años, aunque hay quienes sostienen
que los más antiguos conocimientos astrológicos se pierden
en la noche de los tiempos.
Con el advenimiento de las primeras comunidades agrícolas, el
cálculo del tiempo se convirtió en prioridad para la supervivencia,
pues de tales aciertos dependía el éxito de las cosechas,
y de ellas, la vida o la muerte de toda una comunidad.
Por entonces, todo fenómeno natural de origen desconocido era
atribuido a la voluntad de los dioses. Los planetas y estrellas fueron
considerados sus moradas, y la contemplación del cielo y del
movimiento aparente de los astros era tomado en cuenta como premonitorio
de los acontecimientos futuros.
Los primeros en levantar la vista al cielo, anotar funciones planetarias
y relacionar determinados hechos acontecidos en las alturas con otros
en la Tierra fueron los caldeos. El conjunto de enseñanzas milenarias
que es la astrología se expandió desde Babilonia a Egipto,
Grecia, Roma, China e India. También en la América precolombina
floreció la disciplina, especialmente entre los mayas, que tuvieron
un conocimiento de las funciones planetarias mucho más exacto
que el de los europeos contemporáneos.
Fueron los griegos quienes sistematizaron un amplio sistema de correspondencias
entre los planetas, los signos del zodíaco y las cosas del mundo:
colores, metales, animales y plantas, por mencionar sólo algunas.
"A la contemplación de las estrellas, a su magia y sus conjuros
añadieron la filosofía, la geometría y el pensamiento
racional sobre ellos mismos y su universo, para crear así el
arte de la astrología", apunta Jim Tester, uno de los grandes
estudiosos de la astrología occidental.
El modo en que los griegos racionalizaron planetas, casas y signos ha
variado poco desde entonces.
La antigua astrología babilónica no estaba orientada directamente
al individuo. Más bien se interesaba en predecir grandes acontecimientos,
ver cómo éstos podían influír en el imperio
y más concretamente en el poder del emperador. Así las
cosas, bastaba un simple error de cálculo, o una cuadratura poco
auspiciosa, para que los astrólogos que cayeran en desgracia
fueran a parar a los leones. En tiempos de Julio César, era común
que militares y más tarde comerciantes encargaran una carta astral.
En China, existen referencias históricas que hablan de la decapitación
de astrólogos si fallaba el resultado de las previsiones que
ofrecían al emperador. El historiador griego Megastenes, al describir
los deberes del astrólogo refería: "aquel que erra
en sus predicciones observará el silencio para el resto de su
vida".
"El método no era del todo malo si se piensa que de ese
modo sobrevivían sólo los buenos astrólogos",
ironiza en estos días Campodónico.
Los siglos XV y XVI marcaron la época dorada de la astrología,
que en ese tiempo se estudiaba en las universidades renacentistas junto
a la astronomía. Durante ese lapso, la astrología fue
inseparable de la indagación del universo o astronomía.
Mientras la primera estudia la influencia de los planetas sobre los
diferentes acontecimientos de la vida, la segunda investiga la composición
física, color, distancia y posición no sólo de
los planetas sino de todo lo que está compuesto el universo.
"Un buen astrólogo necesita saber tanto de astronomía
como un buen médico de anatomía", explica Campodónico.
Pero una suerte de "giro copernicano" la destronó a
principios del siglo XVII. Hay otras dos teorías sobre la expulsión
de la astrología de la universidad en 1686. Una dice que tenía
demasiada influencia en la corte francesa. Otra, que fue desterrada
por el racionalismo cartesiano, que también separó la
alquimia de la química.
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Con el transcurso del tiempo, lo que se popularizó fue el
lado más trivial de la astrología, que acabó
desempeñando el cómodo papel de la predicción
del futuro en las páginas de diarios y revistas. "Los
horóscopos se hicieron populares en la década del
veinte en Estados Unidos, a través de la radio. En esa época,
la mayoría de la gente no sabía a qué hora
había nacido. No existía tal registro y no todos tenían
un reloj. Fue cuando una astróloga, Evangeline Adams, empezó
a realizar predicciones en base al signo solar. Pero hoy no podemos
generalizar y asegurar que todos los de Aries son iguales",punta
Campodónico para disgusto de los horoscoperos.Al ser utilizada
por individuos sin escrúpulos, |
la astrología
y sus aplicaciones se tornaron cada vez más polémicas"Hay
maneras serias de hacer un pronóstico y otras que no lo son en
absoluto. Cualquier astrólogo que pretenda hacer una predicción
tiene que hacerlo sobre una carta natal que tenga el lugar de nacimiento,
el día, la hora y el minuto. Con una mínima exactitud
se puede trabajar bien", asegura Campodónico.
¿Y cuál es el grado de exactitud? "Me animo a afirmar
que el margen de error es mínimo. Las predicciones bien realizadas,
con responsabilidad, no fallan. Lo que hay es buenos y malos astrólogos".
Desde hace poco menos de un año, también Montevideo cuenta
con una Fundación Astrológica empeñada en devolver
a la astrología el rango que alguna vez tuvo. Hay quienes sostienen
que todo el saber de la antigüedad está comprendido en la
astrología, y que ésta siempre tiene algo valioso que
decir para entender el significado de la vida. Una cosa es segura: como
decía Santo Tomás de Aquino, los astros inclinan, pero
no obligan.
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