SEXO TÁNTRICO

La nueva revolución.
Esta modalidad sexual de inspiración oriental propone un largo y placentero viaje en pareja. ¿El destino?
Desarrollar la intimidad de forma que el
encuentro de los cuerpos sea una verdadera fiesta. Sin apuros.

Por Lorena Dib.
Fotos: Sergio Autrey M.

El tantra sexual habla de una cultura erótica diferente a la que conocemos. En realidad se trata de una nueva revolución sexual; la rebelión de los años '70 buscaba desculpabilizar al sexo, sacarlo del cajón del tabú, de lo prohibido; iba dirigida contra las actitudes excesivamente puritanas con el fin de que éste se tomara como algo natural. Desde entonces la sexualidad comenzó a ventilarse a los cuatro vientos y se habló a diestra y siniestra de educación sexual, de los anticonceptivos, del orgasmo femenino, de la infidelidad, de la pareja abierta y de mucho más.
Sin embargo, junto con el sano resultado de un erotismo menos culpabilizado y secreto, el siglo XXI heredó también el cansancio del exceso y del materialismo y un cierto hartazgo en ese marco de apertura total en donde "todo se puede", y con ello la certeza de que el acceso sin límites al sexo no ha logrado brindar una satisfacción real. La sociedad, después de probar de todo sin freno alguno, se cuestiona, de unos años para acá, en dónde radica el verdadero placer del sexo y si realmente éste tiene que ver con la posibilidad y la "libertad" absoluta o con algo más que aún nos es desconocido.
A raíz de esta insatisfacción han surgido nuevas propuestas de practicar una sexualidad diferente que incluya la totalidad del ser humano en las relaciones y realmente logre una mayor intimidad entre los amantes. El "sexo sublime" toma sus raíces de la mentalidad y de las técnicas orientales, y las une a lo mejor del humanismo, del estudio de la sexualidad y de la sicología de Occidente.

SEXO
Y TANTRA


El tantra es una filosofía de vida además de un conjunto de prácticas que buscan ampliar el campo de la conciencia y poner al cuerpo físico del hombre y de la mujer en contacto con sus sensaciones, su energía y su ser espiritual más profundo, a través de su sexualidad. Entrena al amante a establecer puentes entre su mundo interno y el externo y, por supuesto, entre sí mismo y la persona amada. Todo esto a través de la experiencia sensual y sexual, del despertar de los sentidos, de la visualización y de la respiración.
La palabra tantra viene del sánscrito y significa "tejido" para hacer referencia a la unificación de los aspectos de la persona en un todo armónico. Tiene su origen en la tradición hindú y los "textos escritos" de las antiguas tradiciones espirituales de la India y sus conceptos fundamentales de la vida, como la religión, el sexo y la iluminación.
Los primeros escritos se remontan al siglo VI a.C., sin embargo, se cree que la tradición oral, por la que originalmente se transmitían éstos, sobrepasa los 5 mil años de antigüedad. De la India, la disciplina espiritual se expandió a China y al Tíbet, y se dividió en tantra de la mano derecha y de la mano izquierda. El primero trata esencialmente de las rutinas de meditación que llevan al practicante a la iluminación, mientras que el segundo, aunque también tiene su fundamento en la meditación y el yoga, hace énfasis en la movilización consciente de la energía sexual, para el placer y el desarrollo espiritual.
Los textos más famosos son el Kama Sutra y el Ananda Ranga, hindúes; el Jardín Perfumado, de los árabes; los pillow books chinos que hablan del Tao del sexo, y el Shunga, de Japón. Todos ellos contienen información fascinante y prácticas sobre cómo mejorar la vida sexual para cambiar el foco de atención en las relaciones amorosas, y encontrar una nueva satisfacción basada en el compromiso y en la relación de pareja en fidelidad y a largo plazo, conceptos revolucionarios para la sociedad actual.

ORIENTE
Y OCCIDENTE


Destacados sexólogos como Margot Anand han integrado los conocimientos del tantra oriental con los últimos descubrimientos de la sicología referentes a la expresión corporal y a la dinámica de la energía en el cuerpo llamada bioenergética. (Esta línea de la sicología desciende de William Reich, discípulo de Freud y fue retomada más tarde por Alexander Lowen, creador de la bioenergética. Sus investigaciones confirman que el reflejo del orgasmo, además de ser una ola de placer, moviliza todas las energías de la persona, por lo que el cuerpo libera las tensiones físicas, y la sique sus cargas emocionales. En resumen, es una excelente terapia)
En ambas disciplinas, tanto en la oriental como en la occidental, se observa que los estados de éxtasis pueden combinarse con la experiencia sexual y que el orgasmo puede experimentarse como un estado semejante al de la meditación, donde se unen el vacío y el gozo. Se trata de conciliar la relajación con la tensión sexual para mantener esas oleadas lentas que ven aumentar el placer. La relación íntima se convierte en la forma de reintegrar la mente al sexo y en un puente entre el cuerpo físico, el emocional y el alma.
La idea es que cuando un estímulo erótico genere una carga de energía, ésta, en lugar de ser concentrada en los genitales, se conduzca a través del cuerpo de una forma consciente. Cuando esta energía alcanza al corazón y el cerebro, la experiencia es de totalidad; el orgasmo se vive como éxtasis y el placer se siente en todos los poros del cuerpo. El corazón abierto, que ha participado realmente en el acto sexual, se deleita, y hay una paz impregnada de gozo que parece trascender los límites del cuerpo.
Para ello, el tantra propone una serie de ideas y prácticas revolucionarias: la penetración no es obligatoria y el orgasmo no es esencial. Desvincula el orgasmo de la eyaculación, y dice que entre más pueda retenerse esta última, mayor será para el hombre la riqueza de su sensualidad y mayor su capacidad de dar placer a su mujer. Y más aún, asegura que el orgasmo genital no es el fin, sino el comienzo.
La experiencia en esta filosofía involucra a todo el cuerpo, y culmina en una verdadera comunión entre los amantes. Es un ritual amoroso que requiere tiempo (el promedio de la relación sexual en Occidente es de 15 minutos), preparación y conocimiento, no puede dejarse nada más para cuando la ocasión se presente.

ALGUNOS
SECRETOS


A diferencia de lo que algunos creen, el tantra o "sexo sublime" no es un dogma ni una religión, y es mucho más que una serie de técnicas para lograr el placer sexual. En realidad es una filosofía de vida llamada visión tántrica:

* Uno de los aspectos esenciales dentro de la visión tántrica es el concepto de totalidad: nada es rechazado por los tántricos, ni las emociones, ni los deseos, ni lo agradable o desagradable. Cualquier experiencia es aprovechada para ser integrada en la propia conciencia. Esta visión ha sido un motivo de gran confusión entre los occidentales, quienes han creído que el tantra lo permite todo, creando un ambiente de exceso y libertinaje. Esto no es sino un malentendido. El "sexo sublime" alienta a los amantes a tener una expresión mucho más completa de quiénes son, y al no buscar encuentros perfectos sino reales promueve el conocimiento de uno mismo y del otro.

*El aspecto masculino y el aspecto femenino no se viven como algo separado sino como dos polaridades que habitan en cada ser humano, respetando, por supuesto, las características de su género original. Así, el hombre tiene oportunidad de explorar y sacar a la luz sus aspectos femeninos, tiernos, receptivos, vulnerables. Y por su parte, la mujer puede descubrir su dimensión masculina. Al fundirse en la persona ambas polaridades se crea un ser mucho más unificado, y una pareja de amantes que se complementan y se unen cada vez menos por necesidad y más por amor.

* La fidelidad y el compromiso dan al tantra ese espacio de seguridad necesario para que el hombre y la mujer puedan amarse, conocerse, explorarse y expresarse en plenitud y sin miedo. Los tántricos piensan que no hay forma de comprender al ser amado si no hay tiempo suficiente. Y si no se conocen las preferencias y necesidades del otro no se puede ser un buen amante.
l Promueve la intimidad. Tal como se lo conoce, el sexo en realidad aleja la intimidad en lugar de acercarla y casi es una excusa para evitarla. Las relaciones sexuales no se conciben como la verdadera expresión del ser humano, que en cambio se esconde detrás de ellas. Es por esta falta de intimidad que las relaciones no terminan de satisfacernos.

* El amor es un flujo que no se ve interrumpido ni siquiera por la ausencia de la persona amada o por una discusión o un enojo y que respeta los ritmos naturales de abrirse-cerrarse o de cercanía-lejanía que necesitan los amantes. El tantra es un himno a la vida en su totalidad, por lo que incluye desde saborear una buena conversación en intimidad, bailar juntos, despertar los sentidos por medio del masaje, la música, los colores y los aromas e incluir el sentido del humor.

* En el tantra no hay objetivo que alcanzar y lo importante es pasarla bien, disfrutar un tiempo sencillo de placer, sin nada que alcanzar o que lograr. En Occidente el sexo se percibe como algo que tiene que acabar en un orgasmo; en Oriente, en cambio, el encuentro sexual completo es un viaje de placer. De hecho, el saber que las caricias no necesariamente tienen que acabar en el coito quita mucha presión tanto a los hombres como a las mujeres. Es una sexualidad alegre, cariñosa o apasionada, que pone énfasis en el estar bien juntos en intimidad y que toma la relación sexual como una consecuencia natural de esto y no como su objetivo. Se trata de olvidar el resultado, la performance, el acto sexual, la penetración, y tomarlo como un tiempo sencillo de placer. Sin esfuerzo. En este contexto cada pareja experimenta cosas distintas que van desde recuperar la mutua confianza y llegar a conocerse íntimamente, hasta congraciarse con el propio placer y llegar a experimentar el éxtasis. En el tantra, la persona o la pareja se lanza al misterio cada vez que hace el amor.

* Los problemas sexuales por los que atraviesan la mayoría de las parejas en uno u otro momento se abordan de una manera totalmente diferente. El amante sabe que su sexualidad es suya y que nadie de fuera tiene el deber de satisfacerlo. Por ello, cuando hay problemas no hay recriminación sino una total apertura a la comunicación y a la aceptación de los tiempos. El tantra sabe que los amantes tienen un biorritmo al que pocos toman en cuenta. Hay épocas de gran pasión sexual, otras de serenidad y conocimiento profundo del otro, y otras, incluso, en que no queremos ser tocados sino solamente acompañados. Hombres y mujeres se centran en el problema de que no pueden satisfacer a su pareja, no son tan atractivos como quisieran ser o no sienten el placer que supuestamente deberían de sentir. "En el sexo sublime nos basamos en el supuesto de que la revitalización sexual así como el desarrollo personal se producen mucho más a través del placer y del gozo que a través de la dramatización del problema", dice Anand en su libro La senda del éxtasis.

* Recuperar el sentido del placer es un fundamento del sexo sublime. En la visión tántrica no hay división entre lo divino y lo cotidiano y tiende a ver al ser humano de una forma más holística que nosotros. El confort, la comida, la bebida y el sexo son un regalo y una forma de alcanzar lo sagrado, mientras no se caiga en los excesos de la inconsciencia. Es necesario erradicar esa sensación de vergüenza por el propio placer; ese sentimiento de que fomentar el placer es egoísmo o una pérdida de tiempo.

* Soltar el sentido de culpa; ese sentimiento arraigado y que parece una sádica voz que se dedica a recordarnos todo lo que creemos haber hecho mal, todo lo que deberíamos haber hecho y dicho, y no lo hicimos; todo lo que deberíamos ser y no somos. Esto no es más que un juego de nuestra mente, pues todos sabemos que no somos seres perfectos y que nadie espera que lo seamos, más que nosotros mismos con nuestras necias exigencias. La mente necesita de un cierto grado de disciplina y es necesario observar cuando la culpa nos lanza su anzuelo y desecharla. (También es importante distinguirla del sano arrepentimiento: éste se da cuando realmente hay algo concreto que hayamos hecho mal, entonces el camino es aceptar el error con honestidad y hacer lo que sea posible para remediarlo. Después de eso, perdonarnos a nosotros mismos y soltar el asunto.)

* Para amar a otra persona hay que saber amarse a sí mismo. Y eso significa conocerse y aceptarse tal y como uno es. Implica confiar en mí mismo, en lo que siento, en lo que pienso y en saber escuchar la propia voz interna y el corazón. Significa no tener que aceptar nada que uno no quiera realmente, o no esté listo para experimentar. Uno de los aspectos más apasionantes de un amor que conoce la intimidad, es precisamente la posibilidad de mostrarse, y no hay nada mejor para reforzar la aceptación personal.
La visión tántrica es, pues, la antesala del sexo sublime. Cuando se decide a cultivar la intimidad y reconocer al sexo como un gran viaje de placer y de descubrimiento, se abre la puerta para que la sexualidad se convierta en éxtasis, pues las técnicas del tantra logran todo su sentido cuando sus fundamentos han sido comprendidos.

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