Cuando
el reconocido anticuario y promotor de arte Raymond O'Shea vio por primera
vez el trabajo de Annie Tempest en la revista británica Country
Life, pensó que éste reflejaba un cambio en el estilo
de vida de la sociedad inglesa.
Pero también creyó que la caricaturista debía ser
una mujer de unos 70 años por su manera de tratar tan delicada
y sensiblemente la vida en ese pueblo imaginario llamado Tottering-by-Gently.
Cuál sería su sorpresa al saber que la creadora de dicha
tira cómica tenía menos de 40 años, y que sus ilustraciones
ya habían sido publicadas en diversas revistas y periódicos.
O'Shea no tardó en conseguir la licencia para vender los dibujos
en su galería, y como su aventura resultó fructuosa, se
convirtió en el representante de la compañía encargada
de promocionar todos los artículos de esta artista inglesa alrededor
del mundo.
Inspiración
visual
Annie comenzó
a retratar visualmente el comportamiento de la sociedad desde su infancia.
Los interiores y los muebles de su casa se convirtieron en el escenario
de su trabajo, y su familia en los personajes de sus historias. Como
ella misma explica, se interesó mucho por capturar y dibujar
los detalles y las cosas que la rodeaban, siguiendo el estilo de Osbert
Lancaster, un caricaturista británico de los años treinta
y cuarenta.
"La autenticidad es para mí lo que hace perdurar una caricatura;
trascender el tiempo. No me gusta incluir elementos políticos
en mis dibujos ni opino sobre la política.
Tampoco me considero feminista. No me gusta ni siquiera la palabra por
tener esa connotación de mujeres enojadas, quemando su ropa interior.
En lo personal, me gusta que me abran las puertas y recibir los cuidados
de un hombre. En cambio, me resulta importante la independencia económica,
no depender de mi esposo. Soy una mujer actual. Me interesa que mi hija
me vea realizada, feliz, satisfecha con mi trabajo," afirma.
La naturaleza humana
A pesar de que los dibujos de Tottering-by-Gently reflejan diferentes
contextos -de la sociedad inglesa sobre todo-, Daffy Totterridge es
el personaje con quien la autora más se identifica:
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